¿Por qué estamos aquí? ¿Cuál es el propósito de soñar e imaginar? ¿Y si no preguntáramos nada?
¿Sería mejor que vivir una vida de desesperación buscando las respuestas?
En este mundo de extraños, ¿quién nos tomará de la mano? ¿Quién tocará nuestro corazón? ¿Y compartirá el dolor de intentarlo?
Esta es una historia más…
Ya viene decían… Ya viene… Está por llegar…
Decían que tendríamos más tiempo, pero el final había llegado.
Tomados de la mano, veíamos como todo iba ocurriendo. Ninguno decía una palabra, porque lo único que admirábamos era el arte que producía un final inesperado.
Llegó…
- “Solo necesita a uno, dejaré que me lleve a mí.”
- “No me iré si no vienes conmigo. Estamos juntos hasta que nos separe una fuerza mayor.”
- “No queda tiempo, ¡corre lo más lejos que puedas! Tú debes vivir.”
-“Siempre hay tiempo, solo creemos que no hay cuando ya tuvimos demasiado.”
Viendo sus ojos, supe que no se despegaría de mi lado, ni aunque significará perderse también.
Ambos irían al final del mundo por el otro, ninguno de ellos planeaba vivir el resto de su vida solo.
Pero necesitas saber la verdad antes de leer el final.
Veo compasión, comprensión, pero sobre todo esperanza.
Lo que se necesita es corazón.
Sus corazones tienen la capacidad de amar incondicionalmente.
Porque todo lo que importa en esta vida es el amor.
Cuando sabían que sería la última vez que se verían, se dieron un beso. Un último beso.
- “¿Estás lista?”-
Ella asiente con la cabeza, aún con las lágrimas fluyendo por su rostro.
Las personas que se refugiaron solo observaron.
Nadie podía creerlo.
Solo se veía desde el cielo como las dos siluetas se iban uniendo para formar una.
Cuando todo acabó, fueron recordados, por siempre, y la historia sigue siendo un recordatorio que aun en los momentos más caóticos, el amor es el sentimiento que prevalece.
Crearon el primer eclipse.
La historia me recuerda a un evento reciente, donde vi a dos personas enamoradas, darse un beso, pero uno que fracturó y rompió con todo el tiempo que conocemos.
Dos personajes de diferentes partes del mundo, quiénes, llegaron a un país europeo con el sueño de conseguir un triunfo más a sus currículos, y en el proceso, olvidar el viejo amor para poder darle oportunidad al nuevo y más sincero amor.
El sol podría decirse que era un chico llamado Phoenix, de origen mexicano que había estado durante un buen tiempo tratando de poner orden a su vida después de haber tenido las anécdotas y vivencias más locas en torno al amor, la familia, y el dinero. Y como un plus, era escritor, fruto de un viejo romance que no proliferó pero que le dejó una pequeña oportunidad para seguir luchando por sobresalir en el mundo. Mientras el veía que todos eran felices, él solo esperaba que el destino chocara con él y cambiara para siempre su futuro.
Por otra parte, la luna quién sería Andrea, venía de Perú, y era en varias maneras muy distintas a las demás. Tenía todo lo que cualquier otra desearía, desde los medios económicos, la astucia, belleza y algo de suerte. Más, sin embargo, corría de su pasado y un oscuro secreto familiar que amenazaba con dominar toda su vida, por lo que se sentía en un modo de libertad más allá de sus sueños más iluminativos, y quería tener todo lo que alguna vez no tuvo en su país.
No soy quien, para juzgar, pero si me preguntaran, Andrea y Phoenix eran similares en lo que buscaban, pero muy diferentes en cuanto a su persona; como crecieron, vivieron y desarrollaron su entorno, por ello nunca estuve muy segura de si esa relación fuera a durar, o tal vez me equivoqué de momento.
Pero en el tiempo que estuve a su lado, vi que en sus ojos había algo muy intenso que los conectaba, como una línea invisible, la cual estaba de su corazón a corazón. Y desde ahí supe que comenzaría una batalla contra el tiempo por querer estar juntos para siempre.
Se preguntarán, ¿quién soy yo?
Me llamo Sharon.
Y fui testigo del beso que fracturó el tiempo.
Ese fue el primer capítulo de la historia.