Aquella tarde en la que la lluvia golpeaba con fuerza los cristales, los niños visitaron a su abuela. Julia preparó chocolate caliente con unos churros de pan y todos se sentaron en torno a la vieja mesa para disfrutar de esa tarde fría de otoño.
-Abuela podrías contarnos esa historia secreta, nosotros la guardaremos como si fuese el mayor de nuestros tesoros.
Julia les dedicó una de esas miradas que solo las abuelas tienen en su poder.
-Está bien mis pequeños, estad atentos porque lo que os voy a contar sólo saldrá de mi boca en esta ocasión. Cuando yo era una jovencita me enamoré perdidamente de un muchacho que trabajaba vendiendo castañas, sus ojos marrones y su pelo rizado me cautivaron nada más verlo pero fue el roce de sus manos al darme el paquete caliente el que hizo que me hizo estremecer. Mis padres tenían otros planes para mí, en menos de un mes debía casarme con el hijo de unos amigos, una familia de buena posición que me proporcionaría una vida acomodada.
-¿Y qué pasó abuelita, te casaste con ese hombre?
-Intenté convencer a mis padres para que me dejaran escoger a mi marido, les hablé del chico de las castañas y les abrí mi corazón para que conocieran mis sentimientos pero no me escucharon. Así que busqué una drástica y rápida solución, hice correr la noticia de un ficticio embarazo y aborto secreto, y vaya si corrió, como la pólvora... Mi prometido rompió con nuestro compromiso y yo pude reunirme con el hombre al que realmente amaba, desde entonces este bonito colgante siempre me acompaña.
-Pero ese colgante siempre dices que es el regalo más especial que el abuelo te hizo.
Y Julia asintió con la cabeza mientras besaba el corazón que colgaba de su cuello.
Enhorabuena.
Saludos Insurgentes
Me encanta que la historia haya terminado bien para la abuela uwu
Felicitaciones.