«El gol que se marcó mi abuela.»

            -Os lo tengo que contar pero sin que me oiga  la abuela porque si no, os quedáis sin saber la historia. -Mi abuelo Andrés abre el frigorífico para servirse un vaso de vino. Con el ojo derecho presta atención para no derramar ni una gota en la encimera y con  el izquierdo observa la puerta intentando adivinar cualquier sombra acechando en el pasillo.
             -No te preocupes, abuelo. Mientras nos lo cuentas, yo me quedo aquí en la puerta vigilando por si aparece la abuela Anna. No entiendo cómo no le gusta esta historia. Yo ya tengo los pelos como escarpias.
             -A la abuela nunca le ha gustado el fútbol. Cree que saca lo peor de las personas. Si eres listo te vuelve tonto y si eres tonto, pues ya sin remedio...eso es lo que lleva 40 años barruntando. Nunca he querido preguntarle en qué grupo me incluía a mi y a estas alturas ya prefiero no saberlo. Bueno, ahí va. 11 de julio de 2010. Más de 16 millones de personas atentas a lo que estaba ocurriendo en el campo. Estábamos ya llegando al final de la prórroga. Recuerdo la jugada como si fuera hoy...Navas arrancando por la banda derecha. En el centro del campo hago un taconazo para Cesc. De repente veo que en la parte central de nuestro ataque no había nadie. Llego hasta allí y veo que no tengo oponente. Cesc me da el pase rápido y preciso, chuto y gooooooooool!!!!! La gente lloraba, se abrazaba, 9 meses después a miles de niños les pusieron mi nombre.
               -¿Y la abuela?
               -Yo pasé a la historia como el jugador que le dio la alegría más grande a la selección y tu abuela por salir en todas las televisiones leyendo un libro tranquilamente en el palco.