Tras releerlo varias veces quedó satisfecho por el trabajo realizado aquella mañana. Apagó el portátil y se metió a darse una ducha fresca, era un día de verano caluroso. Se vistió y alegremente salió de casa, había quedado con su novio para dar un paseo juntos.
Al encontrarse él le retiró la cara cuando se disponía a darle un beso, un gesto que le dolió como si una puñalada hubiese atravesado su corazón, pero siguió como si nada, hablaron como si nada, pasearon como si nada, pero él solo tenia ganas de llorar, se sentía como un mendigo pidiendo dinero para subsistir, en este caso, mendigaba amor para sobrevivir.
Al encontrarse él le retiró la cara cuando se disponía a darle un beso, un gesto que le dolió como si una puñalada hubiese atravesado su corazón, pero siguió como si nada, hablaron como si nada, pasearon como si nada, pero él solo tenia ganas de llorar, se sentía como un mendigo pidiendo dinero para subsistir, en este caso, mendigaba amor para sobrevivir.
Al día siguiente, cansado por no poder dormir se dispuso a seguir escribiendo, era imposible, las palabras no le salían , ni de su cabeza, ni de su corazón. No podía dejar de acordarse de ese desplante, de la emoción de soledad que le produjo. Las lágrimas borraban las palabras que tenia escritas de días anteriores.
- Ya se me pasará. - pensó. solo tenía un mal día.
Pasaron los días y todo con él iba a peor, malas palabras, malos gestos que hacían que se sintiese como cuando de pequeño se metían con él por su excesiva sensibilidad, como cuando la palabra "maricón" resonaba por su cabeza como un gran insulto para los demás y una forma de ser para él.
Los días de alegría y sol pasaron a tristeza y tormentas. la alegría de sentirse por primera vez amado se desvaneció como el humo de su cigarro y aquel libro que empezó con tanta ilusión quedó sin un final, abandonado en un archivo sin nombre, lo mismo que como él le había hecho sentir, sin nombre, sin el final que siempre había soñado.
