«El Objetivo.»

Las luces de los fuegos artificiales me ayudaban para poder divisar las caras de los presentes entre tanto espaviento. Ahí estaba yo, entre la multitud con aquel disfraz de el grito (la película), imagino que la hayáis visto; pues ahí estaba yo, mezclado entre los demás transeúntes que de igual forma iban disfrazados, había olvidado deciros que estábamos en carnaval. Pues si, ahí estaba yo sentado mirando a mi objetivo. Era esa chica a la que venía persiguiendo desde hace días para poder lograr mi cometido. Me acerqué a ella sutilmente. Se divertía..., si se divertía y mucho. Bailaba con chicos, eso me molestaba. Me acerqué un poco más y esperé ese momento en que se besó con el morenito guapo que sostenía su máscara con la mano derecha y tenía sonrisa de galán de Pasión de Gavilanes. La agarré muy fuerte del brazo y cuando se volteó me quité la máscara. 

-Imagino mi amor, que ese chico es tu abuela enferma que necesitaba de ti... 

Su boca dibujó una enorme O. 

-No Manuel..., no es lo que imaginas yo...
-Lo sabía, te conozco, por eso he dedicado estos días en perseguirte para saber si mis sospechas eran ciertas... 
-Manuel... 
-Está de más decirte que quiero el divorcio, ¿verdad? 
No pudo responder y yo me giré dándole la espalda a esa infiel que no me merecía. Me perdí entre la multitud que bailaban y gritaban, mientras mi corazón se deshacía como cuando una hola destroza el castillo de arena que construiste en plena orilla del mar...