Camino despacio, pero con el paso firme por el tablero de ajedrez, no soy más que un peón, además negro, lo más bajo de esta extraña sociedad que se mueve entre cuadrados en blanco y negro. Estamos en guerra continua con el otro bando, el de los blancos. Nosotros, los peones, siempre estamos en primera línea de ataque, los primeros que nos movemos y los que marcamos la marcha de la batalla. También somos los primeros en caer, a los que nadie le importa perder. Todo para defender la vida de nuestro rey, si él cae, caemos todos, da igual que seas torre, alfil o caballo.
Pero nadie mi secreto, yo realmente a la que quiero defender es a nuestra reina, la más bella, la más majestuosa. Siempre estuve enamorada de ella, y ella me trata como a su preferido, levantando la envidia de los alfiles. Lo que no saben ellos, es que en cada batalla mi objetivo es coronarme, llegar a la octava casilla y convertirme en un alfil. Cuando eso ocurra, la reina y yo nos fugaremos juntos al reino blanco, allí viviremos felices nuestro amor, o al menos eso es lo que me ha prometido.
Desgraciadamente, los alfiles, sabedores de mis intenciones, se han compinchado con las torres para hacerme caer antes de llegar a mi objetivo. Entre tanto, durante la batalla, los blancos no entienden nada y aprovechan la situación para ganar siempre la batalla, mientras nosotros nos desangramos en una batalla fratricida. Pero a mí no me importa, lo más importante es el amor y estoy seguro de que algún día conseguiré mi objetivo.
Buen relato paisano!
Enhorabuena.
Saludos Insurgentes
Mejor explicado imposible!
Una trama muy buena, divertida y social, 🏳💜👏🌏