“El presente es tan solo un parpadeo, un instante en el que el futuro se convierte en pasado, en tan solo un recuerdo”
Esa es la frase que un día pronunció aquella profesora de historia del instituto, unas palabras que me quedaron grabadas a fuego. Ella fue quizás la que me inculcó mi pasión por la historia, porque eso es la historia, el pasado. Pero no hemos de olvidar nunca el pasado, es la única forma de mejorar nuestro futuro, aprender de los errores cometidos y no volver a cometerlos. Aunque también hemos de aprender mucho de nuestros antepasados, de aquellos que nos marcaron el camino, un camino que solo nosotros podemos seguir o emprender uno nuevo.
Sí, existen dos tipos de personas, aquellas que se limitan a seguir el camino marcado y aquellas que se arriesgan a construir uno nuevo, esa es nuestra decisión. No importa en que momento de la vida tomamos la decisión de desviarnos del camino, nunca es tarde, porque la vida solo es un instante. Al fin y al cabo, solo somos una mota de polvo en un desierto, nuestra vida es instante en el tiempo del universo. Por eso, tan importante es dejar nuestra huella, aunque sea imperceptible para muchos, a buen seguro será visible para alguien que viva un instante después de nosotros.
Si, aquella profesora posiblemente, ya no estará en este mundo, pero logró algo que seguramente no pretendía, dejar su huella en mi memoria y en mi corazón. Me enseñó a amar la historia y sobre todo aprender de ella, a no olvidarla, porque el que la olvida está condenado a morir para siempre.
“Al fin y al cabo, nuestra vida es tan solo un parpadeo”
Gran relato
Me ha encantado, enhorabuena paisano.
Saludos Insurgentes