Otro concierto de esta gira que no acaba nunca, no sé en que ciudad estoy, ¿Boston, Nueva York? Qué más da, menos mal que mi asistente me lo escribe en la playlist, arriba del todo y con letras grandes, mi vista ya no es lo que era.
¡Joder! Si estamos en Los Angeles, lo acabo de ver en el poster que hay en mi camerino, eso significa que este es el último concierto.
Menos mal, estoy harto de esta mierda, no de dar conciertos, me encanta cantar en directo para miles de personas. Estoy harto de las fans que me persiguen por todas partes, de no poder cenar tranquilo en ningún sitio sin que los paparazzi me persigan, de la fama, de no poder ir al cine ni hacer algo tan elemental como ir a una panadería y comprar una barra de pan.
Añoro cuando tocaba con mi banda en pequeños tugurios y luego nos tomábamos unas birras como un visitante más del bar. Recuerdo cuando me descubrió el productor de Sony, mis amigos quedaron atrás, solo me quería a mí. Cuanto me ha pesado a lo largo de los años, afortunadamente, en cuanto pude, los metí en mi banda ¡claro que sí! y lo hemos pasado bien estos años, pero no podemos salir juntos, nos persiguen, nos acosan.
Hubo una loca que se metió en mi casa de Malibú y me dejó notas para cuando volviera, todo inundado de cartas y de ositos de peluche, me da grima solo de recordarlo. ¿Y la camarera del hotel Hilton? Literalmente me esperaba desnuda dentro de mi cama cuando volvía de un concierto.
Ya lo he decidido, este será mi último concierto, pero no solo de la gira, lo dejo. No puedo seguir, necesito perderme y que se olviden de mi nombre.