Nada se ve.
Trago líquido viscoso
que penetra hasta mis pulmones.
Me envuelve y me aprisiona.
No es frío. Tampoco cálido.
La sensación es rara.
Asusta.
Intento estirar mi brazo.
No toco nada.
Mis piernas están atadas.
Una cinta blanda.
Y late.
No sé si es de día o de noche.
En realidad no sé que ES "día",
que ES "noche".
Flotando en un limbo.
Asusta.
Escucho ecos...cómo recuerdos.
Quizás sueños de otra vida.
Son voces.
No distingo que dicen.
Arrastrado en distintas direcciones.
Arriba y abajo, es lo mismo.
Asusta.
Entonces me entran ganas de gritar.
Se que es en balde pero no dejo.
Y grito. Grito. Aúllo.
Grito y pataleo con todas mis fuerzas.
Me quedo dormido.
Asusta.
Hoy es distinto. Una premonición.
Lo intento de nuevo.
Uno,dos, tres, gritar.
Uno, dos, tres, patear.
Sin pensarlo, estoy fuera.
Es lo peor que me ha pasado.
Asusta.
Vómito sabor a sangre.
¿Sangre?
Mis ojos, lastimados por la cruda luz.
¿Luz?
Primera vez.
Escucho mi propia voz.
Estridente.
Lastima mi garganta.
Asusta.
Pero muy en el fondo sé, que puedo contar con vos...
Madre...ya no asusta.
