👶🏻 Un bebé cuenta su historia desde el vientre materno.
Mientras espero el anhelado momento de mirarnos finalmente a los ojos y me tomes en tus brazos, me esfuerzo en pensar qué tengo que hacer para estar a la altura y no defraudarte. Tú lo has hecho ya todo por mí: te has sometido a un tratamiento durísimo y carísimo para que yo pudiera llegar a tu vida; te has cuidado estos nueve meses, no pensando en tí sino en mí; me has ofrecido un lugar calentito y seguro en el que crecer hasta que llegue el día del alumbramiento; has aparcado todo para hacerme a mí el protagonista de tu vida, tu principal dedicación. La presión es fuerte, Mamá. Espero ser como tú esperas. Tú lo eres todo para mí.No te voy a engañar: estoy ansioso y temeroso, a partes iguales. Me muero de ganas por verte la cara (sé que a tí te pasa lo mismo), pero estoy muerto de miedo, porque no sé qué es lo que me espera ahí fuera, aparte de tí. Si lo pienso bien, aquí estoy como un rey, no me falta de nada. Tú te encargas de que todo sea perfecto: me procuras tranquilidad para mis siestas y me alimentas a través de ese cordón umbilical que nos une. Espero que nunca deje de hacerlo, que siempre nos ligue un cordón imaginario, de corazón a corazón.¡Te quiero, Mamá! Y tengo muchas ganas de verte, de olerte, de atrapar tu dedo con mi mano diminuta, de que me acaricies con el mimo con el que tocas tu vientre, imaginándome. Pronto no tendrás que pensarme más, me tendrás delante para siempre, aunque me temo que ya no podrás quitarme jamás de tu pensamiento.