👩🎤 Ponte en la piel de una estrella del rock cansada de la fama.
Desde el umbral, tras los cortinones, J.J. miraba el escenario con hastío. Echando la vista atrás, ya ni recordaba los años que llevaba saliendo al escenario, día tras día, cada día desde una localización diferente y presentándose cada vez frente a un público diferente. Pensaba en la gente "normal", gente que día a día hacía el mismo trabajo, en su misma oficina, peluquería, tienda de barrio.... gente que se relacionaba en su día a día con un mismo grupo de personas. Al menos ellos tenían la oportunidad de crear una relación de "amistad", "complicidad" con sus convecinos. J.J. sentía que a sus 52 años todavía no había echado raíces en ningún lugar; se sentía una marioneta, de teatro en teatro, sin un lugar fijo en el que poder asentarse..... pero, ¿Qué podía hacer él tras haberse pasado toda una vida cantando tras un micrófono? No era fácil cambiar de vida en su oficio. Al menos la peluquera podía decidir abrir otro comercio si el suyo le angustiaba, el administrativo podía decidir cambiar de oficina o incluso de "Administración" en un momento dado, pero, ¿para qué otra cosa servía un cantante? ¿Quién iba a contratar a un cantante de feria y sobre todo, para hacer qué otra cosa si no, cantar? ... Una vez más, se resignó a salir a aquel escenario y hacerlo, como siempre, de la mejor manera. Una vez más soñó con un golpe de suerte que cambiara su vida de arriba a abajo. Mientras tanto, J.J. cantaba frente a su público un día más, deseando salir de ahí para esperar una nueva oportunidad en su vida.