“La ciencia ficción no es algo menor. Y no es solo, ni especialmente, la Enterprise, Star Wars o las Tropas del Espacio. Significa experimentar con la imaginación, responder preguntas que no tienen respuesta. Implica cosas muy profundas, que cada viaje es irreversible.”
Ursula Kroeber Le Guin
Miguel jamás pensó que aquel trastorno que le acechaba desde hace un par de meses le causaría tantos problemas, y sí, el trastorno de despersonalización existe. Este trastorno se manifiesta por la disociación que una persona sufre ante su realidad, es decir, pierde el sentido de su presente al grado que piensa que está viviendo en un sueño. Si a todo lo dicho anteriormente le sumas que te dedicas a la escritura y eres un famoso novelista, las cosas se complican en cuanto al ámbito personal, este es el caso de nuestro protagonista de hoy, Miguel.
Miguel era un atrevido chico alto, de tez morena y con un gran estilo, aparte de su perfecta apariencia, poseía una gran imaginación la cual le ayudaba a escribir sus miles de historias famosas, pero algo que ni la prensa ni sus fans sabia era que últimamente se le estaba complicando el echo de escribir sus novelas, por culpa de su trastorno. Prefirió no decir nada, ni exponerse públicamente ni por sus redes sociales.
Estaba escribiendo su tercer libro, el cual trataba sobre la edad media y la realeza:
“Alice, la princesa buscada por todo príncipe y rey conocido por aquellos tiempos, se querían casar con aquella bella infante. Pero ella en cambio, tenia otros planes, no quería casarse ni tener hijos, quería ser independiente y demostrarle a todos que ella era capaz de eso y mucho más. Parece algo imposible por aquella época.”
Iban pasando los días y Miguel empezaba a comportarse de una forma muy extraña, utilizaba un vocabulario como el de la edad media. Su forma de comportarse también había cambiado, ya no era el Miguel que todos conocían. Parecía que no distinguía la realidad, con la situación que el había planteado en su nueva novela.
Se iba al bosque, según él, a luchar con los grandes dragones, y a rescatar a su bella doncella. Sin duda, vivía en un sueño, imaginándose cosas que no existían o no eran de esa época. Hacia cosas extremas, como por ejemplo, secuestro a una niña, según él, para que se casara con él, se peleo con varias personas, y si, iba armado, quien sabe de donde había sacado aquella espada.
Miguel estaba saliendo con una chica, a la cual le puso los cuernos, según él, eso era muy común y todos lo hacían, simplemente el ya había perdido la noción de la realidad y de la ciencia ficción de sus historias. Decidió mudarse en Carcassonne, Francia, por sus ciudades amuralladas, y su aspecto medieval.
Iba vestido como un caballero de esa época, con túnica y calzones. Sin duda, allí todos lo miraban como un bicho raro, por su apariencia, pero él parecía no darse cuenta. También llevaba una espada, y no, no era de mentira. Le quito la vida a varias personas ahí, por que eran sus enemigos, decía él. Esta vez, no se salvo y fue llevado a la comisaría por los policías franceses. Lo encerraron varias días, hasta que fue diagnosticado con síndrome de despersonalización por un psiquiatra. Todo cuadraba, su extraña apariencia, sus inusuales comportamientos, ¿cómo es que nadie lo había sospechado hasta aquel momento?
Desde una cárcel situada en Francia, fue llevado a un psiquiátrico en España. Con la medicación adecuada, logro volver a ser el Miguel de siempre, pero aun no podía creer todos los delitos que había cometido.
