El día amaneció como otro cualquiera en la gira que llevaban 2 años inmersos Mike and the Survivors. Conocida como la banda de Mike, pues fue él el que la creó desde el garaje de su casa hará ya diez años.
Los inicios no fueron nada halagüeños, no conseguían tocar en ningún lado y por más que mandaba la maqueta con su mejores temas nadie le hacía caso alguno.
Pero todo cambió cuando compuso "Oasis", su segundo disco. Aquella explosión de guitarras y batería encandiló a todo el mundo, incluso el menos entendido en la música sabía que "Majestic" sería la mejor canción de la historia.
De ahí surgieron los primeros bolos que los lanzaron a encumbrar los mejores festivales del mundo. La fama empezó tan de golpe que algunos componentes originales del grupo desaparecieron para dar paso a sangre nueva.
Todo empezó a cambiar radicalmente, las entrevistas, los contratos profesionales, las largas giras lejos de casa, las fiestas interminables con gente que ni conocían... Aquello fue haciendo mella en el grupo pero especialmente en Mike.
Y entonces llegó ese día que en apariencia empezó como otro cualquiera. Durante la mañana observó cómo montaban el escenario, por la tarde realizaron el ensayo general y por fin a la noche, se levantó el telón.
El concierto duró lo nunca visto, tres horas y media. Apoteosis fue la palabra que resonaba como un eco entre los asistentes.
Fue entonces, al bajar del escenario mientras todo el grupo festejaba, cuando Mike empezó a llorar. Ya no sentía ese hormigueo de felicidad, de un trabajo bien hecho, no, ya no sentía nada.
Al fin comprendió que la fama y el glamour le habían eclipsado todo lo que había soñado en su vida, hasta llegar al punto de quedarse sin ganas de tocar más.