«La fecha maldita»

Se acerca la odiosa fecha, el fatídico catorce de febrero. No quiere oír nada de ese día, quiere borrarlo del calendario, si pudiera no saldría de la cama, pasaría esas veinticuatro horas durmiendo, hibernando como un oso en su madriguera. Pero John, como el común de los mortales, tenía que ir a trabajar. Un día más en la comisaría, evitaría a Mary, la chica de recepción que lo miraba con ojitos, temía que ese día intentara acercarse a él. Su compañero Jamie sabía lo que esa fecha significaba así que evitaba hablar de San Valentín y solamente lo hacía del caso que tenían entre manos en esas fechas, todos los años igual. Jamie no sólo era su compañero, era un buen amigo y por la noche irían al bar a echarse unas cervezas y recordarían a Ava en silencio.
Habían pasado ya seis años desde ese catorce de febrero en el que Ava se encontraba en el lugar y momento equivocados. Ava era una morena preciosa que tenía loco a John, había aprovechado el momento del desayuno para ir a la farmacia, su cuerpo le decía que estaba embarazada, pero necesitaba una prueba que lo corroborara y quería darle a John, junto con una cena romántica, una bonita sorpresa. Mientras esperaba que la atendieran entró un chico que no llegaría a los dieciocho años, totalemente ido por el mono, con una pistola en la mano. Ava no se asustó, trabajaba en un centro de desintoxicación e intentó calmar al heroinómano, pero lo que consiguió fue ponerlo más nervioso. Disparó a ella y al dependiente, las únicas personas que se encontraban en ese momento en la farmacia. El farmacéutico tuvo suerte, un expositor paró su bala. A Ava ese día la suerte la abandonó. Por eso John odia San Valentín.