La novela escrita - Palomaluengoperez
Pa
Palomaluengoperez

«La novela escrita»

661 palabras
5 minutos
108 lecturas
Reto creativo «Escribir es invitar»
💔 Ponte en la piel de un escritor o escritora que tiene un bloqueo debido a un desengaño amoroso.
Frente al folio en blanco encuentro una sosegada paz que dura un segundo. Un segundo que preferiría que fueran horas. Horas las que he pasado mirando el techo y llorando desconsoladamente cuando Javier me dejó. Sí, me dejó.  No te quiero, fueron sus palabras. Es lo más duro que he escuchado en mi vida. Las personas pueden experimentar dolor a su manera, pero esas palabras hieren y desgarran el corazón,  y eso no se cura con una tirita, ni  betadine, ni con una aspirina. Ese dolor, dicen que pasa con el tiempo. En desacuerdo con el tópico,  sólo pienso que cuánto más me fortalezco más me debilito para desahogarme y seguir adelante con mis heridas de guerra. Intento no pensar, no profundizar. Ansío las palabras. Aún así,  no salen. Lo llaman bloqueo ¿cuándo alguien se convierte en escritor? ¿Cuando vende libros? Supongo que sí,  aunque quiero creer que no. El escritor se hace, según va plasmando sus pensamientos, sentimientos y vivencias mezclado todo con imaginación. El escritor desea compartir, muy en contra de lo que digan. Si no comparte, las palabras se quedan en un limbo, y es allí donde mueren. A las letras hay que darles vida, leerlas y entonarlas. Darles un barrido con la mirada para que cobren sentido. Lo más difícil es decidir sobre el tema. Si un escritor piensa que está todo escrito, está muerto en vida. El amor y la muerte son los dos grandes temas de la literatura y todo gira en torno a ellos. Mi bloqueo me lleva a pensar en lo contrario. Voy a escribir sobre el desamor y la vida. Sigo sin pensar pensando que mis manos no se mueven. Desesperación. Las palabras de Javier me retumban en la cabeza. NO TE QUIERO. ¿Existe algo más irreverente y desconcertante? Es un dolor indoloro. Duele el alma hasta los más profundo. Un hueco que respira muerte. Sale aire contaminado de amargura, que flota, se inyecta en la piel y la hace más blanquecina. No hay consuelo ni pensando en lo buenos momentos. El tópico no me consuela. Mi cuerpo no responde al movimiento. Sólo pensamiento de impotencia me corroe por las venas. Unas venas más verdosas que nunca. Venas gigantes que recuerdan la fragilidad de la vida. El cerebro no manda la señal a mis manos ausentes, como si no fuera con ellas. Necesito plasmarlo. Sentiría que avanzó, y quizás así,  podría avanzar en mi cura. La lucha interna en el eco silencioso de mis gritos. ¿Será un sueño?
Un bolígrafo con una inscripción propagandística de una empresa me distrae. Mantengo el bolígrafo con el dedo índice y corazón,  preparado para escribir,  pero la tinta no se desliza bajo ningún concepto. El sufrimiento se convierte en un gran dolor de cabeza,  de párpados,  de corazón.  Trato de anular esos sentimientos con una taza de té.  Té negro con canela. Mezcla árabe,  que por un segundo interminable me trasporta hacia otro lugar. El calor del líquido negruzco me invade la garganta. Un dolor soportable. Estoy dándole demasiadas vueltas, demasiada importancia. Ni siquiera me gustaría reconstruir el pasado. No tendría sentido. Lo más importante es plasmar algo en el papel. Un papel demacrado por las lágrimas secas. El pensamiento de que está todo escrito e inventado me fulmina. Quizás esta novela ya está escrita mil y una veces, ¿qué podría aportar al ingenio mundial de voces narrativas? Nada y todo. Un mismo tema contado con matices diferentes. Algo igual pero distinto. Originalidad en prosa. Temática distintamente iguales. Claros y oscuros en un mundo imaginativo pero muy real. Tan real que se me cae el bolígrafo de las manos y no he conseguido escribir ni siquiera una grafía. 
La novela escrita en pensamiento está sin nacer. Cierro la ventana, me subo los calcetines, ando despacio hacia la cama y pienso si mañana seguiré con el bloqueo. Entonces dudaré y seguiré vendiendo bisutería barata en la tienda del centro hasta que encuentre la ansiada voz del escritor.
Pa
Palomaluengoperez
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Lo
Losporrectus
03 sept, 03:57 h
Faltas de ortografía. Como el cuándo en una interrogación, que lleva tilde
Pa
Palomaluengoperez
03 sept, 09:37 h
Gracias por leerlo. Lo tendré en cuenta.
Espero te haya entretenido que es lo principal en la lectura de relatos. Un saludo
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