👨🏻🎤 Cuenta la historia de una pintora infravalorada cuyo trabajo se expone por fin en un museo
Llego pronto al museo, preocupada por que los cuadros estén expuestos de la forma en la que tienen que estarlo. Los días anteriores ya me encargué de revisarlo todo, pero no puede existir oportunidad para el error. Me niego a volver a ser una sombra en el mundo del arte por el desliz de un trabajador incapaz.El primero en recibirme es el comisario de la exposición, un enano con exceso de peso que huele a sudor. Logro que me deje libre tras tres o cuatro halagos previamente planificados, y me dedico a hacer aquello para lo que he venido.Doy una vuelta y me aseguro de que todo está como debería, sin ningún cambio con respecto a la noche previa. Me calmo, al menos en parte. Salgo fuera y me fumo un cigarro tras otro.Cuando comienzan a llegar los invitados trato de ser lo más agradable posible, siempre dentro de mis limitaciones. Escucho repetidamente comentarios sobre mi magnífico debut, que agradezco con aparente humildad. La gente está fascinada con los cuadros… Con mis cuadros.Me acerco al servicio a retocarme, mientras me observo orgullosa frente al espejo. Escucho lejanamente la puerta de uno de los baños abriéndose con lentitud, y veo a mi espalda una figura acercándose hacia mí. Cuando la reconozco, apenas tengo tiempo de darme la vuelta antes de que me aferre el cuello. Comienza a estrangularme con una fuerza sobrehumana, y mi cuerpo se paraliza. Sus ojos vacíos destilan odio.Los cuadros… Sus cuadros. Desde que me dejó verlos supe que en ellos residía mi oportunidad. La promesa de mi éxito, la razón de su muerte. El oxígeno se va acabando, mi vista se nubla y siento su dolor.Me despierto sobresaltada. Cuando me recompongo, miro el reloj. Hoy tengo que llegar pronto al museo.
