Alba lleva toda la gira con un comportamiento extraño. Ella lo niega pero la evidencia pesa como el plomo. Está pensativa y desconcentrada, aunque su perfeccionismo y profesionalidad hacen que nadie note esa extraña intranquilidad que se esconde bajo su dermis. El grupo que formó con sus dos compañeras de teatro está arrasando por todo el país. El primer grupo de Rock de mujeres que consigue abrirse paso entre las zarzas del machismo.
Nadie se percata de la tormenta interior de Alba, nadie menos la chica pelirroja de la primera fila, que no se ha perdido ninguno de los conciertos de la gira. La intranquilidad de Alba se debe, entre otras cosas, a la presencia de esa misteriosa chica. Siempre allí. Mirándola de un modo que no era capaz de entender. No es una fan más, hay algo detrás de aquella chica que le resultaba familiar a la vez que enigmático.
Termina el concierto y Alba se dirige al backstage mientras sus dos compañeras se quedan firmando algunos autógrafos. Se sienta frente al espejo y varios golpes en la puerta interrumpen sus pensamientos. ¿Quién será? piensa Alba mientras se dirige a abrir, y allí, tras la puerta, está la misteriosa chica pelirroja.
-Cuánto tiempo-comenta la chica al ver a Alba
-Perdona ¿te conozco?-responde Alba con una extraña sensación de miedo y curiosidad
-Estela. Nos besamos en aquel campo de margaritas cuando teníamos 12 años, ¿te acuerdas?
Alba es incapaz de articular palabra. Claro que lo recuerda. Solo tres palabras salen de su boca.
-¿Qué haces aquí?
-Vengo a recordarte quién eres
Estela acaricia tímidamente la mano de Alba y Alba sonríe bajando la mirada.
La margarita dijo sí.
El giro final es fascinante.
Enhorabuena.
Saludos Insurgentes