«La vida solo son unos cuantos atardeceres»

Estaba en la puerta de la casa, Toque el timbre dos veces y se oyó el sonido del fono porta.
- ¿Qué desea?
- Vengo a entregar un carta certificada, a nombre de F.M. Sáez Rivas con este domicilio- Se abrió la puerta automática, y pasé en mi vespa. Se abrió la puerta, y salió un hombre que parecía que salía de un anuncio de televisión.
- Buenos días señorita-
- Hola, aquí tiene la carta. Dígame su nombre completo y el numero de su DNI.
- Francisco Miguel Sáez Rivas y mi DNI es el 33434845 letra s.
- Madre mía... ¿Paquito eres tu? Claro... eras Rivas. ¡Cuánto tiempo!
- ¿Quién eres? Hace mas de veinte años que nadie me llama así.
- No te acuerdas...soy Alma. La Almita, la vecina de tu abuela.
- Claroo... cuanto tiempo sin vernos. Como has cambiado, sino me llegas a decir nada, no te hubiera conocido. Con lo canija que estabas. Que tiempos aquellos, cuando nos sobraba el tiempo y la vida.
- Tu si que eras trasto. ¿Qué es de tu vida?
- Pues soy compositor, tuve suerte de componer algo que me compró un cantante muy famoso, se corrió la voz y desde entonces no he parado. Me va muy bien. ¿Y tu qué? ¿Cartera? siempre pensé que acabarías siendo abogado.
- Al final... preferí ser funcionaria, hubiera sido mejor diputada, pero en este país la política no tiene ética y ya sabes tu lo moralista que he sido siempre.
- ¿Tienes muchas cartas que repartir?
- No, era la ultima.
- Pues déjame un sitio en tu vespa te invito aun cerveza viendo el atardecer. Ahora el destino nos ha vuelto a juntar no desperdiciemos esta bonita amistad. La vida solo son unos cuantos atardeceres.