—Mi nombre es Steff —dijo mi hermana pequeña— y soy la poseedora del cetro quimeriano, capaz de proteger a aquellos que más lo necesitan.
—Mi nombre es Giovanni... ¿En serio me has dado un personaje masculino? —se quejó mi madre, y mi padre le pasó otra hoja—. ¡Eso está mucho mejor! Mi nombre es Saskia, quimeriana y lugarteniente del poblado libre de Gahart. Soy hábil y escurridiza.
—Mi nombre es Eloísa —dije—, salvadora del reino tiempo atrás, conocida como la Princesa Calva, poseedora de la pulsera ancestral.
Otro trueno sonó y fue entonces cuando miles de gotas comenzaron a mojarnos con fuerza. Todo estaba oscuro y mi pulsera brilló.
Con su luz pude ver los rostros de aquellas que me acompañaron en mi anterior aventura.
—¿Saskia? ¿Steff?
—¡Eloísa! —gritó Steff—¿Cómo es posible? ¡No deberías de estar aquí!
—No sabría explicarlo... ¿Por qué es de noche? En Quimeria siempre era de día...
Me contaron como Oscro, quién se creía vencido por el rey Xhom, había vuelto al reino y planeaba reconquistarlo; y que una visión de la reina Bianca predijo que una ayuda aparecería la primera noche de tormenta en esa colina.
Tras el reencuentro comencé a encadenar distintas aventuras hasta que logramos restablecer la paz en Quimeria... Y, por fin, pude cerrar un poco los ojos para descansar...
Cuando los abrí, vi que todos me miraban.
—¿Qué pasa? —pregunté
—Te quedaste callada cuando el trueno cortó tu presentación, princesa.
Sonreí por haber vuelto a salvar Quimeria.
Me ha encantado.
Saludos Insurgentes