Tengo la historia y los personajes, estoy preparada para publicarla, pero, ¿Y si no es lo suficientemente buena? ¿Y si no atrapa al lector? ¿Y si es un plagio y no me estoy dando cuenta?
No, todavía no es el momento para publicarla, le faltan ciertos detalles a la historia. El primer capítulo no es tan bueno, es demasiado lento y hará que el lector se duerma, además, el capítulo siete es un tanto confuso. No estoy usando las palabras correctas en la historia, la forma en la que la estoy narrando es demasiado formal. Este personaje tiene un nombre parecido a otro personaje que leí en un libro hace unos años, si no cambio su nombre mi libro será un fracaso inminente, incluso el escritor de ese libro puede leer el mío y notar que usé el nombre de su personaje y enfadarse. ¿Será mejor que la historia la narre el personaje y no yo? No, mi historia no está lista para ser publicada. ¿Será mejor publicarla en una de esas plataformas nuevas que se utilizan ahora para empezar a escribir, o se la presento a una editorial? No. ¿Cómo se la voy a mandar a una editorial? ¿Y si es una estafa? ¿O si me cierran la puerta en la cara? No, ya no tengo dudas de que mi historia no está lista para ser mostrada, no voy a fracasar porque sí.
Pero me he desvelado tantas noches escribiéndola y creo que es momento de publicarla sea como sea. No, no puedo publicarla, acabo de recordar que el protagonista tiene un físico similar a uno de los personajes que creó mi escritora favorita. Le colocaré un hoyuelo en la barbilla y el pelo rojo. Sí, así será diferente y no se parecerán. No, ahora se parece a otro personaje de otro libro que leí hace unos meses. Volveré a cambiarlo, pero esta vez será su carácter, será un anti-héroe. Pero ya existen demasiados anti-héroes en la literatura. Pues, listo, no será un anti-héroe, sólo será un héroe. No, tampoco puede ser un héroe porque terminaría siendo “El elegido” en la historia y hace poco escuché de una amiga que es lectora que ya existen demasiados libros con personajes así. No, el personaje no debe ser perfecto ya que la perfección no existe. Pero, ¿Qué debo hacer? ¿Cómo se supone que debe ser un personaje inspirador? Si al fin y al cabo cuando los lectores leen siempre encuentran alguna característica en el carácter del personaje o en su forma física parecida a ellos, porque en este mundo en el que vivimos, todas las personas nos parecemos de alguna manera. Los personajes en las historias se parecen entre sí porque están basadas en personas reales, personas que vemos en nuestro día a día, por eso es que existen tantos personajes parecidos.
Por supuesto que esto que acabo de decir los lectores no lo entenderán porque ellos quieren algo nuevo y diferente, y yo como escritora debo lograrlo para poder tener éxito. Pero también debe ser algo con lo que se identifiquen y que les deje una enseñanza porque si no sólo sería un libro con unas cuantas palabras bonitas.
Pero también debe tener un lenguaje fresco y no tan rebuscado, al menos eso es lo que dicen ahora. Ya no está de moda tener un vocabulario amplio en algunas historias, tiene que ser directo y fácil de comprender. Pero, si no existe ese vocabulario en la literatura, ¿Cómo las personas serán conocedoras de dicho vocabulario? ¿Dónde nacerá la curiosidad por saber lo que significan esas palabras tan rebuscadas?
Bueno, debo seguir los consejos de otros escritores que han pasado por lo mismo y también de los lectores que ellos son los que van a leer mi libro, y tener un lenguaje más moderno y fresco. Punto. Tengo que dejar de pensar tanto en cómo será el vocabulario y pensar más en otros cambios que le haré a la historia. Pero, ahora que lo pienso, ¿Debería cambiarle el género literario? Tal vez por romance, sí, ya existen bastantes historias de fantasía.
El problema ahora que lo pienso, es que yo no sé escribir sobre romance. Bueno, sí sé escribirlo, pero no sé si sea suficiente romance entre los personajes o si terminarán pensando los lectores que es una relación tóxica. No, ni imaginar lo disgustados que estarían y sería peor si yo no me doy cuenta de lo que estoy escribiendo.
Oh, ya sé, será una historia de terror. No, mejor de misterio. ¿Y si además de fantasía le agrego terror y misterio? No, eso confundiría a los lectores y no entenderían exactamente de qué se trata el libro.
El otro problema que tengo es que no sé si usar el prefacio o el prólogo. La idea es contar de qué va la historia sin mostrar todo su desarrollo o el final predecible. ¿¿Final predecible?? Oh Dios, ¿Y si el final que escribí es demasiado predecible? ¿Y si otro escritor ya escribió el mismo final? No, lo voy a cambiar, mataré a un personaje que sea importante para el protagonista. Incluso podría matar al protagonista. ¿Dejaría demasiado desilusionados a los lectores? Pero es que con el protagonista muerto entonces la historia no tendría ningún sentido. No, no puedo hacer eso.
Ah, pero también podría decir que toda la historia fue un sueño, como en “Alicia en el País de las Maravillas”. No, no tendría sentido tampoco. ¿Qué debo hacer? ¿Una historia realista? ¿O una historia con mucha imaginación? O tal vez una historia entre realista y fantasiosa.
Por último y probablemente lo más importante: el título. ¿Lo dejo así o lo cambio? ¿Existirán otros libros con el mismo título?
¿Saben qué? No cambiaré nada en mi libro, lo dejaré tal y como está.
FIN