Andrew Clarke es el famoso gánster y protagonista de los libros de Alexander Moore. Este escritor es conocido por todo el mundo, ha vendido libros en tantos países y en tantos idiomas en estos últimos años, que casi ha alcanzado las cifras que consiguió un siglo atrás Agatha Christie.
Alexander ha conseguido importantes sumas de dinero con sus libros, y esa fortuna la comparte con Grace, su esposa, Anthony y Emma, sus hermanos, William, su hijo y Michael, su mejor amigo, para el escritor todos ellos son su único mundo.
Tristemente, la buena imagen de Alexander siempre queda ensombrecida por la prensa rosa, la cual le acusa de no ver lo egoístas y aprovechados que son todos sus hermanos, amigos y esposa, los cuales, según la prensa, solo le quieren por su fortuna. Pero Alexander nunca ha hecho caso a estas acusaciones y ha continuado escribiendo importantes obras literarias con Andrew Clarke como protagonista de todas ellas.
La mayoría de los entendidos se atreverían a decir que la figura del gánster es incluso más famosa que el propio escritor, ya que desde que se publicó su primera obra, la venta de sombreros fedora, pajaritas y de cigarros mentolados, que son lo que caracterizan al personaje, ha crecido exponencialmente.
Este gánster, Andrew Clarke, es el líder de una importante mafia del Reino Unido, es conocido por ser frío y calculador incluso con su esposa e hijo, no tiene ningún tipo de escrúpulo para decir la verdad. Tiene gran poder e influencia en el país, lo que incomoda a los demás sedientos de grandeza. Durante estas novelas, Andrew ha tenido que lidiar con problemas familiares y profesionales que casi le cuestan la vida en más de una ocasión, pero siempre los vence y se hace más fuerte.
Hasta aquí todo bien, pero desde hace unas semanas, Alexander se ha estado comportando de forma extraña. Su esposa pidió ayuda a un psicólogo, pero este no le diagnosticó ningún problema. Cada día iba a peor, su locura aumentaba.
Alexander empezó a adquirir costumbres propias de su personaje, fumaba cigarros mentolados, pese a que él nunca había fumado. Después empezó a copiar la forma de vestir de Andrew, después la forma de hablar y por último la forma de caminar y el peinado.
Sus hermanos, al conocer su locura fueron inmediatamente a ver qué tal se encontraba, pero no le hicieron mucho caso. Pensaron que no tenía cura y pasaron de él, aunque consiguieron varias entrevistas en los medios de comunicación a costa de su hermano.
A Michael le costó ir a visitar a su amigo, según él, porque tenía mucho trabajo acumulado, pero de todas formas, a las semanas se mudó a casa de Alexander para ayudar a su esposa a cuidarle.
Grace, preocupada estuvo siempre a su lado, junto a su hijo, William, el cual temía a su padre.
La locura de Alexander había crecido con el paso de los días y de las semanas. No se acordaba de ningún nombre y siempre que les llamaba lo hacía con los nombres del hijo, de la esposa o del amigo de su personaje, de Andrew. No distinguía a las personas de la realidad con las de sus novelas, y comenzó a idear un plan para poder importar nueva droga hasta su país para venderla en el mercado negro, como hacía Andrew.
Lo peor de todo es que llegó a realizar parte del plan, por suerte, el jardinero no le siguió la corriente, ni tampoco un desconocido al cual Alexander creía un vendedor de armas, quien estuvo a punto de denunciarle, pero Michael lo impidió.
Grace llevó a su marido a un psiquiátrico varias veces, para ingresarlo, pero era imposible, siempre conseguía escaparse a los días.
Los periódicos se hacían eco de estas noticias debido a los hermanos del escritor, quienes vendían la información a cambio de bastante dinero.
La editorial le suspendió de empleo y sueldo, todos los premios a los que le habían nominado le habían dado la espalda. No le fue concedido ni uno de los veinte a los que aspiraba y todo ello por los bulos y las noticias que los hermanos contaban en los medios.
Todo parecía derrumbarse para Grace, quien tenía que cargar con el peso de sacar a una familia adelante.
Al mes, Alexander se levantó y enfadado llamó a la BBC. La cadena le concedió una entrevista en directo. Grace y Michael no se enteraron de lo ocurrido hasta que vieron a Alexander en la tele dando un pequeño discurso.
- Hoy he querido venir a callar todos los rumores sobre mi persona. En este mes y medio, mis hermanos han aparecido en numerosas entrevistas hablando sobre mí, diciendo que había perdido la cordura, pero hoy quiero decir a todo Reino Unido que eso es mentira. Este mes me retiré a un lugar tranquilo a pensar y mis hermanos se han aprovechado de mi imagen para beneficiarse. Esto no me lo esperaba y tristemente veo que la prensa tenía razón sobre ellos dos, tan solo querían mi dinero, tal y como han demostrado este último mes. Quiero pedir perdón a mi mujer, a mi hijo y a mi buen amigo Michael, quienes se han mantenido en el anonimato y leales a mí, respetando mi decisión, que no es otra que dejaré de escribir tras la publicación de mi última novela, y también debo darles las gracias y decirles que sin esas dos ratas husmeando en mi dinero, ahora viviremos mejor y más felices.Alexander denunció a sus hermanos, arruinándolos, mientras viajaba y vivía feliz junto a los que le habían acompañado en tiempos difíciles, aunque esos tan solo fueran una estrategia para ver de quién se podía fiar.
