Todo iba bien hasta que me han preguntado por el género de mi relato. Iba a poner de humor porque lo explico y la gente se ríe de mí.
Después pienso en mis sentimientos y creo que más bien es un relato de mal humor.
¿Mal humor?
¿Existe como género?
Me llamo Tomás Muñoz y soy persona.
Además, escribo.
Así que les voy a escribir lo que me pasó.
Para poneros en antecedentes quiero decirles que tengo tan poca fe en mí que utilizo otro nombre para publicar mis libros.
Mi libro.
Aunque tengo escritos como para empapelar la biblioteca nacional.
De un pequeño país.
Mi alter ego es León Bravo, con ese nombre publiqué mi primera novela cuyo título era “Una historia de niñas, riñas y muertos”.
Como hablaba de mí preferí escribirla de lejos.
León Bravo.
Mediante una cuenta de Twitter promocioné mi publicación.
@LeonBravo es muy conocido en las redes, tiene muchos seguidores, muchos “me gusta” y muchos “RT”.
Cosa que significa más bien nada.
Pero es más bien, que menos mal.
La primera semana vendí dos libros, el de una seguidora incondicional y la de mi mismo para comprobar que funcionaba el motor de ventas de la editorial que lo vendía.
A eso le llamo yo vanidad.
En vano.
No es por nada, pero es muy difícil vender libros si no te has acostado con alguien.
Siendo virgen.
Si fuera como mi amigo Manolo, que dice que cada día se acuesta con alguien, yo podría venderles a mis amantes ocasionales un libro después del primer acto.
Había pasado ya más de una semana y seguía con mi nivel de ventas regular.
Cada día tenía dos ventas.
El total de ventas: dos.
Regular tirando a desastre.
Por lo menos a mí me había gustado el libro.
¿Qué opinaría la otra mitad de mis lectores?
Llevo muy mal las críticas.
Aun así, había pasado un tiempo prudencial y necesitaba saber…
Mi seguidora convulsiva se llamaba Rosa, vivía cerca, pero lo suficientemente lejos de mí para hacerme sentir cómodo. Era mi confidente, le contaba todo.
Todo lo que quería contarle.
No olvidéis lo de la vanidad y que me llamaba León.
Fantaseaba con ser otro con ella.
Le dije que era escritor y haciendo valentía le envié escritos y los primeros, medianos y últimos esbozos de mi libro.
Ella me daba su opinión.
Y como me gustaba su opinión le dejaba seguir dándomela.
Cada vez que escribía algo buscaba su aceptación.
Les pongo aquí la transcripción de mi conversación privada con @RosaDeLosVientres, mi mecenas:
- Hola Rosa, soy León- Hola León, soy Rosa
Sí.
Así.
- ¿Has podido leer el libro?- Me encanta, ya lo sabes, ha quedado muy bien
- Gracias Rosa
- De nada León
- León
- Dime Rosa
- Tenemos que vernos, es importante
Me saltaron todas las alarmas.
No soy de citas.
Hasta evito los sobres de azúcar en mi cortado descafeinado.
Tomás jugando a ser león.
Perdiendo.
Me costó dos días jugarme el anonimato, pero finalmente acepté esa cita en un bar céntrico de la capital de mi provincia.
Yo de pueblo, ella de ciudad.
Demasiados coches para tan poca selva.
Me vestí para la ocasión, únicamente quería que no se llevara una mala impresión.
Y a medida que llegaba el momento me iba conformando con que no se llevara una impresión.
Soy poca cosa y mal puesta.
Se acercó a mi mesa.
Yo tenía un ejemplar de “Una historia de niñas, riñas y muertos” sobre la mesa.
Se puso a mi lado, llevaba un ejemplar de “Una historia de niñas, riñas y muertos”.
Dos ejemplares.
Dos libros vendidos.
Coincidentes.
Mi vanidad por el retrete.
Me impresionó su melena o vedeja. Densa, salvaje, de rubio dorado, hipnótica en su movimiento.
También me llamó la atención su bigote.
A la par con su barba.
Y su voz. Su masculina voz de hombre también me chocó.
Y su nombre, quizás su nombre es lo que más atónito me dejó, además de darme la puntilla.
- No, León Bravo soy yo
Y lo miré.
Me miré.
Era él.
Él era León.
Y ahora estoy escribiendo ésto y León Bravo es el famoso escritor de “Una historia de niñas, riñas y muertos”.
¿Quién no conoce a León Bravo?
Yo fantaseé con ser León y León ser mi mismo.
…
Ya no pongo la televisión.
Sale él.
Acaba de sacar la quinta edición de “Una historia de niñas, riñas y muertos” su novela prima.
Y ni un agradecimiento a su primo.
Está anunciando “lunes, muertes y jueves” su segunda novela.
Maldito.
Maldito.
!Maldito!
!!Maldito!!
!!!Maaaaaaaldito!!!