En carnaval la ciudad se inunda de máscaras (que no de mascarillas), con las que todos intentamos ocultar nuestra verdadera identidad. Lo cierto es que realmente lo hacemos para mostrar lo que realmente somos o deseamos ser, una máscara que nos desenmascara, porque es el resto del año cuando llevamos una máscara.
Nos ponemos una máscara en el trabajo, nuestro miedo al despido nos hace disfrazarnos de sumisos.
Nos ponemos una máscara ante nuestra pareja, en ocasiones mostrar nuestros verdaderos deseos, no es bueno para el amor.
Nos ponemos una máscara ante nuestra familia, no siempre fueron de nuestro agrado, pero al fin y al cabo es nuestra familia.
Nos ponemos una máscara ante nuestros amigos, aquellos con los que siempre hay que quedar bien.
Nos ponemos una máscara ante nuestros vecinos, si ellos supieran que detrás de ese vecino amable se esconde un asesino.
Nos ponemos una máscara ante nuestro médico, y no le contamos todos nuestros vicios. ¿Quién no le ha mentido alguna vez a su médico?
Nos ponemos una máscara en el banco, mostrar nuestra mejor versión para que nos concedan ese crédito que tanto necesitas.
Nos ponemos máscara en Instagram, siempre mostrando lo mejor de ti, siempre feliz.
Así que, en carnaval, nos quitamos las máscaras y contamos la verdad sobre nosotros.
Enhorabuena paisano!
Saludos Insurgentes