«Me viene a la mente.»

Querida madre:

Me reclama que la escriba ya que su oído ha empeorado últimamente y por teléfono no me entiende nada. Sigo pensando que oye lo que quiere, que bien que me oía cuando llegaba tarde a casa, que se despertaba según metía la llave.
Es una broma madre, me encanta escribirla, pero no tarde en responder que se pasa las tardes viendo la novela y se olvida de que tiene un hijo.
Como me pidió, le cuento como van las cosas por aquí:
Hoy cuando me he levantado, me he servido un café y he mirado el correo electrónico, como todas las mañanas. Tenía un mensaje de Dani, cuando lo abrí sentí un hormigueo en la nuca, otro pellizco de felicidad que se sumaba a lo que había estado viviendo hasta ahora. 
Ya sabe que no me habían alentado al publicar "Círculo a círculo", la expectativas no eran altas y sin embargo los bloggers más relevantes se han entusiasmado con la obra y las menciones y reconocimientos se han convertido en una tendencia al alza.
Cuando lo leí, madre, se me saltó una lágrima de la emoción. Solo ponía una frase: BEST SELLER
¡Lo he logrado madre! Todo el tiempo invertido ha merecido la pena.

Te quiero mucho.

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Querido hijo:

Me alegro mucho de que tu libro se venda tanto y de que le guste a tanta gente, sin embargo, te sigo diciendo que con tu primo tienes trabajo, no lo olvides. Ya sabes que irte a la fábrica te garantizaría un jornal todos los meses, que esas cosas en las que te metes tú son pan para hoy y hambre para mañana. Además me da pena que pases tanto tiempo solo, no vas a formar una familia si no espabilas.
Por cierto, queda bonito así, escrito, pero me sigue molestando que me llames de usted, me hace sentir aún más vieja.

Te quiero mucho.

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Querida madre:

Si tengo suerte, no pasaré por esa fábrica ni de visita. "Círculo a círculo" se sigue vendiendo, me están hablando incluso de llevarlo a la pantalla, ¡a la gran pantalla!. ¿Se imagina?
Estoy emocionado, madre, sé que usted quiere más estabilidad para mi. Pero ésto me llena, me apasiona. Cuando escribo siento algo parecido a introducirme en una nube plácidamente y ser transportado a cualquier lugar, yo relato lo que veo mientras disfruto del viaje. Es maravilloso.
Ojalá pudiera entender que no estoy sólo, estoy rodeado de amigos y mi familia son mi obra y usted.
Así soy feliz, muy feliz madre.
Por cierto, nunca dejaré de llamarla de usted precisamente porque sé que no es de su agrado, me entretiene y me divierte imaginarla frente al portátil refunfuñando.

Te quiero mucho (en esta frase sí te doy el gusto).

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Querido hijo:

Lo que te hace feliz a ti, también me lo hace a mi.
Sin duda no es la vida que yo habría elegido para ti. Pero que más puede pedir una madre que saber que su hijo es dichoso.
Por cierto, he decidido que voy a llamarte bebé hasta me vuelvas a tutear. Espero que no te moleste bebé.

Te quiero mucho.

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Querida madre:

Cada día se esfuerza menos en los correos que me manda. Es usted demasiado escueta, ya sé que está ocupada, pero gaste 5 minutos en su hijo que para eso me tuvo.
No me molesta que me llame bebé, pero reconozca que suena algo inquietante que a mi edad mi madre me llame de ese modo. Parece una mujer mayor que no quiere cortar el cordón, el vínculo con su hijo, temerosa de que se aleje definitivamente. Usted verá la imagen que quiere dar.
En cuanto a mi obra, me han dicho que no tardarán en mandarme el guión para que lo lea. Es una cosa que deben de hacer por deferencia porque los productores me han dicho que no habría grandes cambios.
Me hace mucha ilusión este nuevo proyecto. No puedo tomar decisiones, pero lo voy a seguir de cerca como asesor durante el proceso.
Estoy muy ilusionado.

Te quiero mucho .
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Querido bebé:

Los correos extensos te los dejo a ti, que para eso eres el escritor. ¿Estás de acuerdo, bebé?
Definitivamente solo quiero lo mejor para ti y esto es lo mejor, ya no tengo dudas. Si hablas de ello con tanto entusiasmo y dices que te hace tan feliz, yo no solo no tengo nada que objetar sino que tienes todo mi apoyo. Para eso eres mi bebé (a mi me suena tierno, no inquietante).

Te quiero mucho.

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Querido hijo:

Llevas días sin escribir, incluso te he llamado por teléfono y no respondes. ¿Estás bien? Estoy preocupada.
Si no sé nada de ti, mañana hago las maletas y me voy a buscarte. Ya he visto que sale un avión desde Barajas.
Contesta por favor. Estoy preocupada.

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Querida mamá:

No hagas las maletas. He estado desconectado porque necesitaba pensar.
No he pasado por mi mejor momento.
Me mandaron el guión y fue como si me dieran un puñetazo en la boca del estómago. Han violado mi obra. La han sobado como han querido, hasta el punto de convertirla en un mísero reflejo de lo que fue.
La han destrozado a ella y de paso a mí. Y lo peor mamá es que tengo que ser testigo y partícipe de cada mutilación, de cada transformación. Tengo que soportarlo todo. He sido tan ingenuo de creer que mi obra sería diferente, que las manos del dinero no harían mella en ella. Y ahora tengo que asistir cada día, para ser el asesor de las personas que han desvirtuado mi obra.
El sueño se vino abajo mamá.

Te quiero mucho.

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Querido hijo:

Te adoro y daría mi vida por ti, pero cuando pienso en lo que me cuentas, me viene a la mente cuando eras pequeño y contabas historias que te habían sucedido cambiando algunos "matices". Tu padre te reñía porque decía que contabas mentiras. Y tú, que lo habías leído en alguna parte, decías que no mentías, que adaptabas la realidad a las necesidades de la narrativa y a las expectativas del público.
Ahora es lo mismo cariño, no te atacan, ni a ti ni a tu obra, simplemente son necesidades y expectativas diferentes.

Te quiero mucho.

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Querida mamá:

GRACIAS