«Mi heroína favorita»

   - ¡Jaimito! - me llamó mi señorita.- Sal a la pizarra, que te toca exponer.
Muy orgulloso, cogí mi cuaderno y me dirigí al inicio de la clase donde todos pudieran verme bien. Hoy, Viernes, era día de exposición, mi día favorito. La “seño” nos había planteado hacer una redacción de tu superhéroe favorito y el mío era mi madre.
    - Cuéntanos, ¿a quién has elegido?
    - A mi madre.
    - ¡Muy bien! - se entusiasmó mi señorita-. Cuando quieras puedes empezar.
Entoné un poco la voz, me llené de aire los pulmones y comencé a leer.
    - En las películas, salen muchos superhéroes. Por ejemplo, Batman con un coche increíble, Spiderman que me encanta cuando dispara las telarañas o Superman que es capaz de hacer volar un avión. Pero, aún siendo fantásticos, mi madre se merece el puesto número uno en mi ranking de héroes. Por la mañana, se levanta y desayuna, le da un biberón a mi hermano, viste a mi hermana y nos da el desayuno a los dos, deja al bebé con la abuela, nos trae al colegio, se va a trabajar, nos prepara la comida, hacemos los deberes mientras que ella está trabajando en el ordenador, vamos al parque, nos baña, nos hace la cena y nos cuenta un cuento antes de dormir. La verdad, a veces pienso que tiene superpoderes porque alguien humano no es capaz de hacer eso todos los días y continuar con una sonrisa en la cara. Por eso, los tenga o no, mi madre es mi heroína favorita.
Miré a mi señorita. Me estaba regalando una de sus mejores sonrisas. Y me puse contento porque mi madre estaba feliz.