Lo mejor de la “transformación” de mi novio, fue que por fin nos fuimos a vivir juntos. Mis padres eran el principal obstáculo para dar el paso, y ahora ya no estaban, además él me necesitaba más que nunca. Poco a poco fue perdiendo la facultad de hablar y se comunicaba únicamente con gruñidos, bueno tampoco es muy diferente a como hablaba antes. Por su mirada y sus caricias, sé que me quiere y yo ahora le amo mucho más que antes.
Prefiero que no salga mucho de casa, por aquello de “el que dirán” y soy yo la que sale cada noche en busca de alguna víctima con la que alimentarle. Ha dejado su trabajo, así que nos tenemos que mantener únicamente con mi trabajo de profesora, aunque es suficiente, ahora tenemos menos gastos.
Hoy es el día de los enamorados, y vamos a celebrarlo de una forma muy especial. Yo he salido en busca de una nueva víctima y poder ofrecerle una buena cena. He preparado la mesa, con velas, música y un ambiente íntimo. Sobre la mesa, un plato con el cerebro del decano de la universidad donde trabajo, dicen el cerebro de la gente inteligente es mucho más sabroso, y debe ser verdad por sus gestos de placer.
Llegado el momento cumbre de la noche, mi novio se arrodilla y me pide la mano, yo por supuesto acepto y se ofrezco. La coge con mucha suavidad y la muerte, saboreando la sangre y lamiendo con la lengua las gotas de sangre.
Ahora estamos unidos para siempre, yo también soy zombi y salimos cada noche en busca de comida. Por supuesto, después de haberme cargado al decano, yo también he dejado mi trabajo. Tampoco lo necesito.
Saludos Insurgentes