La vida puede parecer como un juego de la oca. ¿Quién no ha jugado alguna vez?
Que empiece la tirada.
Apenas tenía 16 años cuando tenía claro lo que quería estudiar. Me acerqué a mis padres y esa fue la primera tirada de mi vida.
- Papá, ¡quiero ser informática!
- ¿Tú? Si siempre te ha gustado leer y escribir. Siempre te han gustado las letras.
- Sí, papá, pero quiero programar y dicen que tiene mucho futuro, ¡por favor!
Fue mi primera partida ganada. Me dejaron estudiar a finales de los 80 una carrera aún desconocida. Y de oca en oca tiro porque me toca. Pero no todo era como había imaginado. Tuve que volver a tirar el dado y empezar a recorrer el tablero de mi vida. Ahora llegaba la partida de buscar trabajo.
Y caí en el pozo. Crisis económica y poco reconocimiento hacia las mujeres en un mundo aún dominado laboralmente por hombres, pero no había que rendirse, me tocaba volver a tirar y esta vez avanzar por las casillas de las entrevistas, los cursos y las caídas en la casilla de la calavera para retroceder al punto de partida. Pero había que seguir jugando, la partida no había terminado.
Tiro el dado y, por fin, un golpe de suerte. De oca en oca y tiro por me toca y casilla a casilla, tirada a tirada sin perder la fe, llegué al final del tablero logrando un trabajo en un despacho de abogados para informatizar los documentos.
Primer ordenador que veía. Recuerdo con cariño aquel Amstrad. Era el final de una partida que acababa de comenzar… la partida de mi vida laboral.
Hoy no soy informática pero me ha ayudado mucho y, sobre todo, aprendí que hay que luchar por lo que realmente quieres sin rendirte nunca.
Buen relato... Enhorabuena.
Saludos Insurgentes