Aquello no podía estar pasando. Y menos a ella, que siempre había sido muy escrupulosa en todo lo relacionado con su vida privada.
Sin embargo, ahí estaba esa línea. Aquella fina línea, sombreando el test de embarazo, era totalmente inesperada. Inesperada e imposible, pues no había mantenido relaciones con ningún hombre desde hacía varios meses. ¿Entonces? ¿Cómo podía ser que aquel test hubiera salido positivo? ¿Podía tratarse, acaso, de un falso positivo? Podría llegar a darse el caso pero, ¿y ese malestar general? ¿Y esos vómitos? ¿Y su periodo? Llevaba ya un par de meses de retraso, por lo que, o se habían alineado todos los astros en su contra o aquel test decía la verdad.
Una vez superado el shock inicial, la siguiente duda era más que evidente. ¿Quién podía ser el padre de la criatura? Aquel era el punto en el que la cosa se complicaba de sobremanera. Sin sexo no hay embarazo y ella no había tenido relaciones con nadie ¿o sí? Durante varios minutos, trató de recordar situaciones anómalas ocurridas en las semanas previas, sin llegar a ninguna conclusión. Había pasado un fin de semana en la playa con su familia, había estado cinco días en Berlín de viaje de negocios y... ¡Es verdad! La fiesta de cumpleaños de Paula. Ahí había tenido que ocurrir.
La mañana posterior al evento, se había levantado con un fuerte dolor de cabeza y recordaba muy poco de lo que había sucedido la noche anterior. No era normal en ella tener amnesia a causa del alcohol, por lo que algo más había tenido que pasar. ¿La habrían drogado? ¿Y ahora? ¿Qué iba a hacer? ¿Abortar? ¿Denunciar? ¿Qué iba a ser de su vida de ahí en adelante? ¿Qué era lo que había hecho tan mal para merecer ese castigo?
Una mezcla de tristeza, impotencia y melancolía.
Desgraciadamente la historia se repite.
Saludos Insurgentes
Una idea muy original