Lo hice lo peor que se podía hacer: No busqué un alias sugerente: usé mi propio nombre. La foto de mi perfil de escritor era de hace años. Las redes sociales: las mías, personales. Cero inversión en publicidad. Auto publicación en una plataforma que no era de las más conocidas: versión digital: 1'99€. Me pareció un precio razonable por un truño de 112 páginas que nadie iba a leer (eso pensé yo). Y con razón. ¿Quién se hace famoso con su primer libro?
Y por alguna razón, se empezó a leer. Demasiado. Me llamaron de una de las principales distribuidoras por los derechos para comercializarlo; subió el precio a 5 euros y, con los nuevos márgenes y letra, su tamaño llegó a 133 páginas. Negocié un 10% más del margen que me ofrecieron (bien hecho). Luego me pidieron que hiciera una versión física: 12 euros. Luego que le hiciera una portada más currada (un seguidor se ofreció a cambio de poner su nombre): 14 euros.
Cuando me acabé encontrado en una gran sala llena de fans haciendo cola para que lo firmara, fue cuando dije: Espera un momento... ¿Soy escritor?
¿Qué coño estaba pasando? La gente, muy respetuosa, esperaba en fila para que les firmara su ejemplar:
— Me encanta la historia, creo que has definido mi infancia a la perfección...
— No podía dejar de llorar. Lo que le pasa a David es tan triste y a la vez tan... tan... importante para su propio crecimiento.
— Gracias, gracias por este libro. Me ha encantado, y es tan breve y ameno. ¿Vas a seguir la historia? No puede acabar así...
— Realmente es el primer libro de una saga, ¿verdad?... ¡¿verdad?!…
De una saga... No lo había pensado. La gente me está pidiendo que siga y con los ingresos ya puedo dejar mi trabajo y dedicarme a ampliar los capítulos pero... ahora tengo miedo. ¿Soy capaz de crear algo parecido? ¿Es mi estilo natural o ha sido potra? Ahora que tengo ya un nombre, ¿qué me lo impide? Lo más difícil está hecho, ¿no?
Y seguí, convertí el libro de 133 páginas en un tocho de 555. Los modestos 5 personajes eran ahora 13, con la locura que eso me supuso, con desarrollo de trama primaria, otra secundaria e incluso una tercera trama más, un poco enrevesada: A la gente le encantó.
Empecé a oír los nombres de los nuevos protas en las redes sociales, a ver creaciones de fans: dibujos, fan-fiction, perfiles de Instagram y Twitter. Y entonces... los cree yo ¡qué coño! Cree un puto universo en las redes sociales: los personajes hablando entre ellos, jodiéndose la vida, reaccionando a noticias, a comentarios, ¡a comentarios de comentarios! La gente enloquecía viendo que su video había sido comentado por Leonardo Grande, el temido mercenario; o por Valentina la prostituta. Cada uno tenía su propio estilo. Y la gente quería más y más y más. Quería que les contestaran, querían saber más de ellos... Me exigieron darlo todo, perfilarlos como si de personas reales se tratasen.
Y entonces, una mañana, recibí un mensaje de Guillermo del Toro... quería hacer una película. Si, era él: su perfil no engañaba. Quise participar directamente en la adaptación y le comenté que sabía muy bien qué había que cambiar. Alucinó: accedió. Pude poner cara a Dante, Millard y a Valencia, el trio calavera. Pude elegir a la inocente Mairin la elfa y al despreciado Sorbonne de le Matin.
Cambié las acciones en seis capítulos totalmente cerebrales; los actores hicieron el resto. Les hablé durante largas reuniones de sus personajes en privado: les enseñe sus twits, sus comentarios, sus coletillas, sus tics. Les dije lo que pensaban, lo que habían vivido en el pasado , lo que deseaban y ansiaban, de lo que huían... Y la mirada de Vance pasó de ausente y fría a despótica y engreída, la de Mairin parecía estar siempre la borde de las lagrimas y... bueno, en cuanto al trío calavera... me los llevé de cañas; a jugar al billar, a emborracharse con una banda de moteros a un bar de carretera... al día siguiente parecían una banda: el jefecillo daba empujones al tonto de Millar y al engreído de Valencia. Millar reía mientras Valencia se envaraba y se iba humillado a repasar el guion: los tenía. Cada vez que se les ocurría una mejora, la hacían delante de las cámaras. Guillermo me miraba a mí, preguntándome si eso era normal, y yo achicaba hacia adelante con la mano.
Y así una historia basada en la vida de un joven criado en una familia disfuncional pasó a convertirse en la vida de muchos, en los sueños de muchos, en la historia de muchos.
Cuando la gente me pregunta: ¿Con qué personaje te identificas más?... bueno, realmente yo soy todos ellos... bajo mi inocente sonrisa de chico que no ha roto un plato.
—Yo soy el único que decide—
— el azar de mi vida— completa mi fan— Misal'e, Cazadora de dragones... Me encanta, me gustaría ser como ella de intrépida y valiente.
¿Y a quien no?
Las tontadas que escribo no tienen punto medio.
Miembro desde hace 3 años.
25 historias publicadas.
Me ha gustado mucho!