Dormimos sin problema durante varios días hasta que las palabras salidas en la reunión nos hicieron dudar de nuestra capacidad para tomar mejores decisiones certeras durante las horas de vigilia en relación con nuestros momentos de sueño más profundo. Cuando nos hizo esperar más de una decena de minutos con el objetivo de acrecentar nuestra incipiente impaciencia, en su aparición delante de la puerta ya abierta por nuestro paso uno detrás de otro, cada una de sus palabras retumbó en la lisa superficie de nuestros discos duros:
"Examinarse es lo primero. Siempre fue nuestro lema. Cada uno de vosotros ha sido elegido como un ser único y especial. De todas las solicitudes, miles y miles han sido rechazadas para que cada uno de vosotros tenga el privilegio de estar aquí. Hemos rechazado a más de la mitad de Estados Unidos al seleccionarlos como los más coherentes cuando la única ventaja ha sido tomarnos unas vacaciones precipitadas involuntarias. Ahora comprenderéis por qué.
Los asiáticos supieron siglos atrás que el arroz blanco podía ser una de las fuentes de alimento más importante. Sus granos son blancos, puros y sencillos. Cada grano cuenta para conformar el plato. Ustedes han sido valiosos para ser lo que somos. Pero si nuestra patria se alimentara solo de arroz, sería una nación sin identidad y esta obviedad la hemos dejado de lado durante mucho tiempo. El valor dado para acabar el trabajo premió sobre nuestro alimento y juramos ciego honor a nuestros esfuerzos a pesar de que todo buen menú tiene un entrante, un plato principal y un postre.
No queda, por tanto, otra solución que ser conscientes de que esta organización no puede seguir siendo una bola de arroz. Necesitamos condimentos y nuevos sabores. Salid y no fracaséis de nuevo. Probad nuevos platos. Tened nuevas perspectivas."