«NUMEN»

Tenía miedo a fracasar. Su inspiración para escribir,  se había esfumado  por llevar  tanto tiempo ausente. Llevaban quinientos diez días sin verse, sin abrazarse, sin tocarse. Sin mirarse a los ojos, sin sonreírse. Ella había prometido ir a buscarlo en cuanto abrieran las puertas del cielo.

Y corrió hasta él. Lo halló entre cuatro paredes, contemplando un cuadro en un museo. No era desconocido. Lo halló absorto en sus pensamientos. Sonaba una música de fondo, y en su mano sostenía una copa con zumo tropical.

Lo vio, de espaldas ajeno a su presencia. Contemplando ese cuadro que un día se reveló su favorito. Las lágrimas vinieron a sus ojos. Un nudo en su garganta se hizo  testigo de esa escena maravillosa luego de tanta ausencia.

"La noche estrellada". Esa pintura que los envolvió el día en que se conocieron.
Lo siguió mirando emocionada sin que él se percatara de su presencia.
Lo miró y con lágrimas en los ojos pronunció:

 Volvió la vista  y le sonrió. Grabó en su retina  ese momento. Llegó a casa, se sentó delante del ordenador. Cogió su viejo  bloc de notas de escritora y comenzó a teclear a velocidad de vértigo. Las palabras se amontonaban  en su cabeza y salían a borbotones, igual que los sentimientos. Una historia de amor,  otra, y otra. Páginas y páginas llenas de pasión y emociones.

Él había vuelto. Su genio, su fuente de inspiración estaba otra vez aquí. El miedo al fracaso se  perdió  por el camino. Atrás se quedaron los años de agonía literaria.

Y la noche estrellada pareció salirse del cuadro, porque ya  los acompaña siempre.
Ahora adorna el salón en forma de  libro .Y los besos.

Lo consiguió. Al año siguiente  en una noche  estrellada, recibió el premio al mejor libro de relatos de amor del año. Romper los miedos la condujo al  camino del éxito.

Volvió a escribir. Se hizo famosa. El amor y la noche todo lo puede.