🦸♀️ Escribe la historia de una heroína cotidiana llamada Supermamá.
A pesar del calor sofocante habitual del mes de julio, en la habitación reinaba un ambiente gélido. Ella descansaba en la cama tras el día más duro de su vida, pero con una sonrisa dibujada en su rostro. Sabedora de no haber escatimado en esfuerzo.En aquel momento me di cuenta. Qué tonto había sido. Tenía ante mis ojos la evidencia de que existían personas extraordinarias venidas al mundo para hacer mejores a otras. No había sido capaz de reconocerlo después de tantos años.De pronto las imágenes comenzaron a invadir mis pensamientos. Regresé a mi infancia, a mis primeros recuerdos. La alegría de su voz al cantar mientras cocinaba provocaba que sus guisos bailasen al ritmo de la música. Por momentos, parecía la mismísima Julie Andrews descendiendo con su paraguas y haciendo la vida más fácil a cualquiera que se acercase a ella. Sus habilidades iban más allá de lo culinario. Tenía la capacidad de multiplicar los panes y los peces. Era incluso capaz de lanzar una zapatilla con efecto y alcanzarme en el trasero.Sin embargo, estas eran simples aficiones comparadas con su auténtica misión aquí en la tierra, cuidar de los demás. El amor por su familia fue el antídoto para contrarrestar a su particular criptonita, a la que debía enfrentarse a través de interminables sesiones una vez por semana. Ni siquiera con el segundo mazazo del cáncer bajó los brazos. Después de casi treinta años librando batalla, no iba a perder la guerra justo cuando la familia seguía creciendo.Ahora, en aquella habitación gris, exhalaba su último aliento. Ella, un ejemplo de coraje, sucumbía a su enfermedad, pero sabía que había cumplido con su misión. No sabía si aún podía escucharme. Aun así, me acerqué y le susurré algo al oído. Gracias.