«Ojalá»

- Chicas, ojalá, la vida, sea como jugar al “Party”. ¿Os imagináis? Tirar los dados y decidir si prefieres hacer mímica, coincidir en la elección de una marca, dibujar o acertar la palabra tabú. La vida sería más divertida.

- Pero, Macarena, imagínate que tu forma de comunicarte dependiera de un dado. - Me debatió Lucía.

- Va Maca, tira el dado que si no no vamos a acabar nunca. - Refunfuñó Carla, que desde un principio no quería jugar.

Tiré el dado. Paula eligió “marcas”. Nos conocemos tantos años que nos sería sencillo elegir la misma.

- Paula, pásame la Bezoya y el Apple.
- Macarena, ¿qué dices? - Dijeron al unísono.
- Voy a lavarme la cara en el Roca.
- No hagas la tonta Maca. - Me dijo Carla harta de jugar.

Seguimos jugando. ¡Sorpresa! Al elegir “dibujar” me quedé sin voz, y no podía soltar el bolígrafo de la mano.

- ¡Ahora empieza a ser divertido! Mueve el dado a ver si le toca mímica, que se le da fatal. - Dijo Carla riéndose.

Le dibujé un puño cerrado con el dedo corazón hacia arriba. Se lo merecía.

- No te rías Carla, me temo que hasta que no acabemos el juego Maca no va a volver a la normalidad. - Dijo Paula.

Cuando tiró los dados y tocó mímica, me salió una mueca. No era producto del juego, es que tenía ganas de llorar. ¿Cuándo iba a acabar esta locura?

Volvieron a tirar los dados… ¡Palabra tabú!

- Quiero terminar y tomarme un líquido marrón que se suele tomar para desayunar o después de las comidas.

Como Paula había pronosticado, volví a la normalidad cuando terminó la partida.

- ¡Ya se podrían cumplir otros deseos! - Maldije. Ojalá acabe la guerra, la subida de precios. Ojalá acabe la violencia, el machismo, la homofobia y el racismo.

OJALÁ.