Renacer de las cenizas. - Clarasr23
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Clarasr23

«Renacer de las cenizas.»

940 palabras
7 minutos
83 lecturas
Reto creativo «Escribir es invitar»
💔 Ponte en la piel de un escritor o escritora que tiene un bloqueo debido a un desengaño amoroso.

Ni un alma transitaba a aquellas horas de la madrugada por las calles. Ni un sonido perturbaba el silencio de la noche y todos los postigos permanecían cerrados, velando por el descanso de los vecinos. Todos, menos uno, hacia cuyas ventanas penetraban los haces lechosos de la luna menguante. En el interior, alguien se inclinaba ante un escritorio, estrujándose las manos con visible irritación, mientras deseaba que las lágrimas que se escapaban de sus ojos se convirtieran en borbotones de tinta. No se obró tal milagro, empero. Por contra, solo consiguió empapar los extremos de un folio que reposaba indolente sobre la mesa. Aquel prístino albor que despedía aquella página, aún no mancillada por los roces de la pluma, por las tachaduras o los borrones, le producía una extraña fascinación, al tiempo que se sentía desfallecer. Le aterraba sumergirse en aquel vacío y sondear sus misterios. A su alrededor se amontonaban varios proyectos truncados, como abortos de múltiples partos fallidos. La papelera acogía también aquellos desechos de papel arrugado y amenazaba con desbordarse. En ocasiones, creía escuchar las blasfemias que lanzaban contra él tantos personajes que había descartado y que le recriminaban por sus historias insulsas, la vaguedad de sus argumentos o la falta de rigor de las descripciones. Su cabeza ardía, entonces, en un hervidero de voces altisonantes, que zumbaban hasta hacerle perder la noción de la realidad. Solo en un momento de lucidez se acordaba del ultimátum que le habían remitido los editores y, como por ensalmo, parecía despejarse de su aturdimiento para bucear en las ruinas de su imaginación, sin mucho éxito. Pero, ¿cómo había llegado a aquel estado?


Habría que remontarse a algunos meses atrás cuando, en el rellano de su piso, se tropezó con una maleta al volver de su paseo matutino. Al estrépito acudió, como una sombra de mal agüero, una estilizada figura de mujer que, sin más preámbulos y sin siquiera dirigirle la palabra, le alargó una nota, escrita en apretada letra cursiva. Después de unos eternos segundos de miradas cruzadas, maleta y dueña desaparecieron escaleras abajo. Todavía aturdido y con el funesto mensaje en la mano, no se atrevió a traspasar el umbral de su casa por miedo a aspirar de nuevo su aroma, una mezcla de tabaco de liar, de perfume barato y un no sé qué dulzón que emanaba su piel, siempre tersa y elástica, cual cuero de tambor. 


Los días siguientes se esfumaron envueltos en una bruma en la que él se perdía mientras evocaba su rostro, su voz de contralto, sus maneras sinuosas. Se le representaba recostada en el sillón, con poses de seductora odalisca, exhalando bocanadas de humo pardusco por su boca. Entre sus dedos jugueteaba con los restos de un cigarrillo cuyas cenizas arrojaba sin miramientos sobre la alfombra. Parecía haberse olvidado de sus ademanes altivos, de sus antojos extravagantes y de sus mohínes cuando se irritaba. Pronto, sin embargo, aquella imagen edulcorada cedió ante un odio desmesurado que eclosionó al releer la carta de su ruptura. A partir de entonces, intentó borrar todo vestigio de su presencia. Se deshizo de sus recuerdos, quemó las ardientes declaraciones de amor que le escribía en sobres usados, mutiló las fotos en las que posaba para él. A pesar de aquel arranque de furia, no pudo extirparla de su corazón, al menos, no por el momento. Cuanto más trataba de olvidarla, más se intensificaba su pesadumbre. 


Transcurridas las primeras semanas de soltería, se apoderó de él una apatía enfermiza que, como un silencioso parásito, se alimentaba de su vitalidad. Le invadía una desidia que confundía con pereza y, sin apenas percatarse, renunció a sus sueños, sus aspiraciones y, en una palabra, a la escritura. En ese estado de languidez, a veces, al caer la tarde, bajaba hasta a caleta, donde se abandonaba al rumor cadencioso de las olas. Sin embargo, ni aún así lograba recobrar la inspiración, que permanecía aletargada en algún rincón de su mente. Empezó a aficionarse a los libros de autoayuda, con la esperanza de encontrar algún consuelo que aliviara su melancolía, pero aquella charlatanería pretenciosa no hizo sino acrecentar su desazón. Se resolvió pues, a abrazar la fe, de la que apostató tiempo atrás. No conforme con los devocionarios que adquirió, pasó a las cartas astrales, a los libros de adivinación, a los grimorios. Hastiado de tanta mojigatería, probó con otras vías de escape. Frecuentó los garitos más sórdidos y en los casinos  se vanagloriaba de su mala fortuna. Fruto de los constantes dispendios con los que saciaba sus recién adquiridos vicios, contrajo algunas deudas que lo sumieron en una suerte de trance del que le resultaba imposible sustraerse. No tardaron en abatirse los acreedores sobre su puerta como aves carroñeras, pero él se las componía para ahuyentarlos acudiendo a ardides cada vez más rocambolescos. Frente a tales adversidades, adoptó una actitud de absoluta negligencia, que rayaba en lo temerario.


 Una vez pasada aquella tormenta de caótico desenfreno, decidió retomar su carrera literaria. Y en esas se hallaba, corrigiendo manuscritos, hasta que su bloqueo creativo se hizo manifiesto. Nada le satisfacía. Personajes absurdos deambulaban por su mente, las tramas se tambaleaban como torres de naipes…En medio de aquel desvelo, de pronto, sintió una llamarada. ¿Por qué no escribir sobre lo que le atormentaba y así espantar a aquellos fantasmas del pasado? Y con torpeza, se armó de valor, tomó la pluma y dejó volar sus temores: “Ni un alma transitaba a aquellas horas de la madrugada por las calles. Ni un sonido perturbaba el silencio de la noche y todos los postigos permanecían cerrados, velando por el descanso de los vecinos. Todos, menos uno…”

Cl
Clarasr23
Miembro desde hace 3 años.

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Co
Correotrabajo3023
05 sept, 00:15 h
ALUCINANTE esto sí que es arte!!!!!!!
Es
Esanchezsi
05 sept, 00:23 h
Me ha conmocionando tanto....
Victoria Nieto Barrios
07 sept, 00:05 h
¡Muy chulo!
Omicron Delta Series
08 sept, 22:49 h
Muy bueno!!
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