¡Me creo tan importante! Y me siento mal por ello, por esta superioridad con la que a veces hablo y pienso. En el fondo de mi habita la seguridad de saber que algo importante está por llegar, de saber que en mi futura casa no me sentaré a comer con la mediocridad. ¡Pero al mismo tiempo estos versos son tan mediocres! (que ni son versos), y lo soy yo también por pensar así...me creo tan insignificante y digo cómo voy a hacer nada con mi futuro ¡si yo no sé hacer más que escribir páginas sin sentido! Si nadie come de la tinta...a veces yo no entiendo mis propias palabras pues carezco de coherencia. Hay una cosa que me preocupa de compartir mis escritos: ¿Quienes me leen entienden qué están leyendo?¿Al leer mis palabras se remueve algo en ellos?¿Les aflora el mismo sentimiento que me atormentaba a mí cuando las escribí? Soy consciente de ser tan tan pequeña pero al mismo tiempo hay algo en mí que se cree tan especial...y después se desprecia, se detesta por ser tan normal y carecer de originalidad. Después vuelvo a pensar que no existen letras como las mías. Luego vuelvo a odiar leerme. Ignoro el sentido de este escrito, solo quiero expresar esta ambigüedad y esta lucha que en mi habita entre dos sentimientos que a pesar de ser opuestos siempre habitan en mi y me avergüenzan, pero sobre todo me desesperan, y me hacen vivir con los nervios de querer construir mi casa de palabras, pero no saber si con ellas podré siquiera contar por la mañana, cuando vuelva a odiar la forma en que mis manos sujetan el bolígrafo.
Lo cierto es que he concluido con que no me creo capaz de escribir nunca una historia, solo fragmentos de ella y sentimientos mal acabados por que a medio camino siempre me aburro…me canso y a menudo entremezclo los sucesos y olvido los diálogos. Tengo además una prisa aquí en el cuerpo y en las manos que no me deja andar en calma ni me concede nunca la paciencia para comenzar un relato solo habiendo acabado otro con anterioridad. Te digo: mi historia por desordenada y confusa nunca la entenderás…y entonces tampoco te gustará. Así que no me leas porque el torbellino que son mis palabras no está destinado a agradarte a ti...y probablemente a nadie. La mayor parte del tiempo me reprocho mi falta de compromiso con este ¿¿¿llamémosle talento???, al que necesito y al mismo tiempo desprecio (supongo que precisamente por necesitar).