«SOLTERO DE ORO»

– Situación sentimental: soltero. Vaya, tiene un gato pelirrojo llamado Pimentón, qué gracia. Mira esta foto, parece que cocina bien.
– Bueno, eso es arroz con cosas. ¿Quién es? – pregunta Olga con una sonrisa picarona.
– Un compañero de clase. Nunca hemos hablado, pero parece buena gente – contesta Isabel mientras abre la bandeja de mensajes –. No me mires así, ya sé que te parece una tontería.
– No, es gracioso. Seguro que tu hermana te ha dicho algo – asegura su amiga mientras se levanta hacia la cocina –. Me duele el cuello de estar aquí sentada.
– Es una anticuada. Siempre he sido la más atrevida. Cree que solo ligan por aquí las personas desesperadas  – señala mientras mira de reojo a Olga –. Y tú también lo piensas.
– No… Pero no he conocido a nadie que haya utilizado Facebook para esto – aclara mientras se acerca con una infusión de frutos del bosque.
– Ya está. A ver qué te parece.
– Espera, que con estas gafas no veo bien. Están bastante rayadas.
– Claro, será culpa de las gafas.

«Hola, Eugenio, qué tal. Soy Isabel, una de tus compañeras de clase de baile de salón de los viernes a las cinco. Espero que no te importe mi atrevimiento. ¿Te apetece tomar un café mañana por la tarde?». 

– Pero despídete, ¿no? – le reprocha Olga mientras acaricia el teclado, letra por letra –. Espero tu respuesta… Un abrazo... Así mejor.
– Ya verás la cara de mis nietos cuando les diga que tengo una cita.
– Primero espérate a que te responda.
– Hola, compi, encantado – lee en voz alta Isabel, que se mantiene atónita mirando la pantalla del ordenador. – Olga, acércame el número de la peluquería.
– Y mis hijas enseñándome a usar el Word. ¿Cómo puedo buscar a Antonio?