«Todo lo que quería decirte, aunque no te importe»

Tú y yo aquella noche bebiendo vino, trágico destino cuando yo decidí compartir mis sentimientos hacia ti. Se te cayó el vaso y hecho añicos quedó, dijiste "no pasa nada eso trae suerte" y yo contesté "sí, eso es alegría". Pero para nada... eso son las típicas tonterías que se suelen decir, el vaso que hecho añicos quedó predecía la tragedia que se avecinaba. Aquella noche no solo rompiste un vaso, rompiste mi corazón. Y no te bastó con robarme el corazón simplemente, que tuviste que hacerlo literalmente. Me robaste el corazón, esa lata con forma de corazón que contenía caramelos de menta con la misma forma, que yo te había ofrecido tantas veces... Me echaste de mala manera, me cabreé y te grité que en tu puta vida me volverías a ver. 
Yo que siempre mi ayuda te fui a prestar, yo que te quise de forma incondicional. Yo que te tendí mis manos cuando no te podías levantar, y así me lo pagas... Predicando a los cuatro vientos que lo único que hago es molestarte. Ya no quiero verte, ya no quiero hablarte, tú no eras transparente. Yo te quise incondicionalmente como nadie lo haría probablemente. Tú me traicionaste, tú me decepcionaste y me dejaste inerte.  Sabes que yo siempre contigo bien me comporté, si fui pesado alguna vez perdóname. No me lo puedo creer, como puedes ser tan cruel. Cada vez que yo te abrazaba, tú me clavabas por detrás un puñal, que te jodan, no quiero verte más. Aunque no te dejo de recordar y tu nombre se aparece en cualquier lugar. Jamás volverás a tener mi amistad. Y sé que a ti te da igual. Aunque en el fondo te guarde rencor, a pesar de todo te deseo paz.