[*Pii, Piiii*] Suenan los impacientes cláxones de los coches en el atasco. [*Piii, Piiiiii*]
Ese nauseabundo sonido está taladrando mi cabeza de manera insistente, así que, para calmarme, decido poner la radio; pruebo varias emisoras, pero ninguna funciona.
[*Tic, Tac*] Las manecillas del reloj vuelan, pero no avanzamos; empiezo a escuchar barullo fuera… Al principio, sólo son los gritos desesperados de quienes llevan estancados más tiempo del que pueden permitirse, pero, luego, comienzan a sonar fuertes golpes.
Decido quedarme en el interior del coche, nunca me han gustado las confrontaciones, además, estoy en mi día libre y no tengo demasiada prisa; no me gustaría meterme en problemas por mostrar mi impaciencia, así que, lo mejor será seguir esperando.
Mi plan parece marchar a la perfección, hasta que una fuerte explosión, me obliga a salir de mi vehículo alarmada; poco más adelante, un grupo de encapuchados están lanzando cócteles molotov, y en una de sus pancartas ponía: “MUERTE a las eléctricas, plaga que sólo engaña”.
Al ver el escenario tan agresivo que se plantaba ante mis ojos, corro despavorida; mi única intención es llegar a mi casa, y meterme en internet para ver qué diantres está ocurriendo.
Por el camino encuentro locales en llamas, coches desvalijados; trato de sortearlos con agilidad, rogando por no encontrarme con ningún protestante agresivo.
Miro hacia todos lados. [*Pum, Pum*] Mi corazón late a un ritmo vertiginoso. En mi mente se dibujan escenarios truculentos.
Tan enfrascada en mis pensamientos voy que, sin darme cuenta, tropiezo; al fijarme en lo que me ha hecho caer, veo que es el cuerpo de una persona.
Cuando logro llegar a mi casa, trato de encender la televisión, pero no funciona; pruebo con el ordenador, pero tampoco hay suerte…
- “No puede ser…” -Un tétrico cosquilleo me inunda.- “El apagón…”
Enhorabuena.
Saludos Insurgentes
¡Enhorabuena!