«Una velada como las de antes»

"Querido, apenas acabo de llegar a casa después de pasar una de las mejores veladas de toda mi vida. Te prometo que no la olvidaré nunca. ¡Que elegante te has puesto! Te has arreglado tanto que he llegado y ni tenías la cena preparada. Pero la improvisación es uno de tus puntos fuertes. No habrá sido la receta que tenías pensada, pero aún así hemos cenado de lujo. Y que me hayas cantado mi canción favorita a la luz de las velas ha sido lo mejor de la noche. Sin necesidad de una pantalla, hemos vivido nuestra propia película. Quien sabe si dentro de unos años nuestros hijos y nietos sabrán apreciar tanto lo poco que ahora tenemos nosotros".

El móvil avisándole de que casi no tenía batería devolvió a Rubén a la realidad pensando en esa última frase de la carta que guardaba de su abuela a su abuelo.

Por la ventana la nieve no dejaba de caer y en apenas cinco minutos la linterna del móvil se apagó al acabarse la batería. Con su novia a punto de llegar y aparentemente teniendo todo en contra, Rubén intentó revivir la cena de sus abuelos. Sin luz en toda la ciudad, buscó a tientas unas velas con las que se alumbró para preparar algo de cenar, aunque fuera frío. Con todo listo bajó al portal a esperar a Carla ya que no tenía forma de poderla preguntar cuanto iba a tardar aún.

A pesar de tener en mente otra cena por su primer mes juntos, ambos lo pasaron genial y la sonrisa de Carla casi hizo innecesarias las velas. Quizás cuando volviese a casa dejara constancia de alguna forma de esta velada y fuesen sus nietos quienes supieran de los inicios de la relación de sus abuelos.