«Vidas cruzadas»

Cando era niña, sentía que ya había estado en algunos lugares... 
Era un sentimiento bastante peculiar, en mi mente, se vislumbraba un recuerdo del mismo sitio, pero cambiado, igual que un retrato antiguo...
Cada vez que trataba de explicarle estas experiencias a mi madre, me tomaba por una persona "demasiado creativa"... Al principio me enfadaba, para mí, era demasiado real; pero, con el tiempo, entendí que, tal vez, ella tenía razón.
No le di importancia al tema en varios años, de hecho, se convirtió en una parte de mí; esta inusual faceta me permitió desarrollarhabilidades como pintora y escritora.
Un buen día acudí a una exposición novedosa... ¡Habían encontrado pinturas del Siglo XVII escondidas en un desbán! Eso no podía perdérmelo por nada del mundo...

La exposición no era demasiado grande, había únicamente diez obras. Cuatro de ellas, eran paisajes que representaban las estaciones; otras tres, eran bodegones variados; dos eran de la fachada de la casa, una de día y otra de noche... Y, la última... Esa me impactó sobremanera...
Se trataba de un autorretrato de la creadora de esas obras, quien, por ser mujer, jamás obtuvo reconocimiento por sus trabajos; pero, lo más asombroso, es que... ¡Era igual a mí!

Estuve un largo rato mirando la obra, atónita ante lo ocurrido; me fijé un poco más en ella, y, al fondo, vislumbré un gato naranja.
"Bigotes..." Ese nombre apareció en mi mente como un destello, junto con un extraño recuerdo...
Me vi a mí misma pintando esas obras en distintos días, pero, siempre añadía en ellas a mi amado "Bigotes...".

Rauda y veloz fui a mirar el resto de cuadros, y, efectivamente...
Mi presentimiento de la infancia era real...

Esta no era mi primera vida...
¿Será la última?