Suena de nuevo la música. Me gusta y me relajaaaaaaa! Disfruto dando vueltas y vueltas en mi pequeña casa. Estiro los brazos, bravooooo, Upsss! Creo que la molesté. Escucho su voz suave, tranquila y calmada, y me dice que deje de dar patadas. Ahora nos ponemos a bailar, hacemos ese trato, pero sin patadas. Estoy conforme. Cierro los ojos y escucho su voz acompañando la música… ¡Me encanta! Se frota la barriga… uuuyyy que guay! Estoy deseando conocerte, voz maravillosa.
Me noto más grande, cada día tengo más hambre y apenas tengo espacio para bailar, tengo que salir y conocerte. Quiero mirarte a los ojos y sonreírte, que me cantes mientras me quedo dormida. Quiero sentir tu olor y el calor en tu colo*. Upps creo que llegó el momento.
Empujo y empujo, busco esa ventana. Allá vooooyyyyyy! Mis huesos diminutos se adaptan a tu cuerpo. Poco a poco la compuerta se abre cada vez mas . Estás haciendo fuerza, noto calambres cada vez mas fuertes. Hay otras voces. Estoy tan cerca!
Alguien me coge los pies. ¡Eh, suéltame! Está tirando de mí, mamá. ¡No me toques! Lo hago yo, puedo sola.¿Quién eres? ¡Déjame! Ahora me lleva a otro lugar.
Hola Alma, bienvenida! Lloro, ella también pero, diferente, ¿por qué?.
Eh! Que pasa? Porqué no me cantas un poco?
Otra voz me lleva a un sitio donde me echan un líquido calentito y me frotan con una esponja. Me ponen en máquinas frías y hablan. Quiero ir con ella, Qué pasa? Si me cantas esa canción seguro que te pones bien, te daré calor. Dejaré que me hagas pedorretas y me comeré todo, pero cántame un poquito, por favor!
No estés triste, mamá. Somos un equipo, eres mi campeona! Te necesito!
*coger en brazos.
Tristeza y alegría a partes iguales.
Me ha encantado, enhorabuena.
Saludos Insurgentes
Un relato muy tierno.