Esa utopía sin sentido,
ese anhelo de escritor,
narcisista empedernido,
de dar forma al pensamiento.
Escribiendo contra un muro
que tapia nuestros fracasos
nuestro miedo y desamor.
Ahogo en un papel las penas
con embriaguez de palabras,
de tinta mis borracheras.
El azar,
la vocación o el destino,
tal vez la casualidad,
una chispa de locura,
y un poco de vanidad,
me llevó a entablar un duelo
con mi realidad.
Una batalla enfrentada
a la soledad.
La necesidad del alma
me obligó a querer plasmar
mis demonios en palabras.
Quisiera ser original
y no recurrir a usar
ese cliché tan usado
de escritor atormentado.
Pero esto no es más que un juego
¡que comience la partida!
Al oficio de escribir
quise hipotecar mi vida.
Y los dados de la suerte
expusieron inclementes
a mi ficha en la salida.
La inspiración y yo
a veces
paseamos de la mano.
Y tiro porque me toca.
Quise a mis musas, las ocas
comprarlas con un estanque
y con miguitas de pan.
Pero ellas son almas libres,
no se dejan sobornar.
Y escribo.
Y viajo de puente a puente
enlazando el subconsciente.
Y me lleva la corriente
por curiosos entresijos
de la mente.
Y con alzada guadaña
diviso en el horizonte
a ese lector insolente
que implacablemente espera
la jugada hacia la muerte.
Un día de dado a dado
tiro porque me ha tocado.
Y alguien decidió cambiar
las palabras de mi alma
por dinero.
La imaginación me lleva
a encerrarme en la posada
con mis amantes, las musas,
que cobran, como una dama
de noche
caros sus besos.
Y también me vi encerrado
en laberintos creativos
buscando alguna ventana
por donde ver la inventiva.
Divagando por caminos
sin encontrar la salida.
Tallando con pico y pala
palabras en soledad.
Siempre temiendo a esos dados
que me lleven sin remedio
por designios del azar
a la casilla final.
Y es que si se expone el alma
a bocajarro y sin filtros
es lícito
ese temor tan mundano
a fracasar.
¿o no es absurdo pensar
que por liberar demonios,
calmarnos nuestros tormentos
y esquivar a la locura,
le vayan a uno a pagar?
¿es lógico imaginar
que no saldremos ilesos
por querer vivir del cuento?
Y si un día la calavera
me hace retroceder
y empezar un nuevo juego,
cual ludópata insaciable
recogeré una a una
mis palabras por el suelo.
Y comenzaré de nuevo.
Como escritor perturbado
esta vez letra por letra
en el juego del ahorcado
por partes iré exhibiendo
las miserias de mi ser.
Y a medida que yo escribo
y a medida que me leen
van descifrando mi esencia
voy mostrando mi interior,
luchando contra mi olvido.
Y al acertar una a una
las letras de la palabra
parece que encuentro calma.
¿No es escribir exponer
tu noche oscura del alma?
Esperando sin piedad
esa jugada crucial
que ponga punto y final
al temido desenlace.
Las cartas sobre la mesa.
El cerrar de los tableros.
Descifraron la palabra,
descubrieron mi interior.
Ahorcaron al escritor.
La ejecución pública
del hereje, del traidor.
Pues no veo mayor embuste
que exponer mi corazón.
Ser un bufón que con cuentos
y patrañas entretiene,
en el fondo espera el día
en que el dedo inquisidor
a la horca le condene.
Por traidor.
Cómo enlazas el juego de la Oca y el del ahorcado con la escritura 💕