«10 de abril de 2002»

Es la moda entre los jóvenes,
es el éxtasis del momento,
lo último en diversión. 

Si no lo pruebas te lo pierdes,
si lo haces, de él dependes.
 
Es el vicio de los treinta. 
Ahora ya es una dependencia. 
Ya no en fiesta y discoteca,
sino a diario y sin tristeza.
 
Es tu vida, tú decides:
Tú con vida o sin tristeza.
No lo piensas, pero eliges sin saberlo,
Una vida sin tristeza
 
¿Divertido? Tal vez.
¿Cuánto tiempo? ¿Dos, tres días, una semana?
¿Luego qué?
Seguir no es tan fácil;
Quieres más, necesitas más…
 
Bueno amigo, y ahora bien,
tú me pides, yo te presto. 
No protesto, pero lamento
el día que te di 
sin saber su destino.
Destino que tú bien conocías. 
Soy tu amigo, no adivino.
 
Me aconsejas: "no lo pruebes" 
Cuando tú ya no puedes dejarlo.
¿Por qué no pedirme ayuda
en vez de engañarme? 
¿No podías ser sincero?
 
Tú controlas, no es cierto,
y si no me crees, mira dónde estás: 
¿Ves a alguien? No lo creo.
 
Has mentido y defraudado. 
Ahora un llanto, también lamentas…

Pero ya es tarde, estás solo,
nadie escucha tus mentiras. 
Maldices la primera vez,
de nada sirve, amigo mío.
 
La soledad es muy mala,
un consejo: 
Piensa antes de elegir.
 
A pesar de todo, yo no olvido,
yo te quiero, hay algo bueno, 
lo sé, lo siento.
 
Tiene que haber algo vivo,
algo vivo ahí dentro, 
la risa de un niño, 
una muestra de cariño. 
No un abismo,
no un vacío. 
Sí un "lo siento" y un "lo intento".

Tú puedes cambiarlo,
tú puedes desterrarlo. 
Debes hacerlo. 
Es un consejo
de una amiga que aún te quiere.