Ojalá existiesen más personas que quieren bien, y menos de las que quieren mucho y mal.
Porque de nada sirve querer mucho si no existe respeto, humanidad, empatía, y un poquito de eso que llamamos amor. Porque para amar hay que respetar, ser libres de querer a quien nos plazca. Porque para amar hay que conocer, confiar, empatizar, abrazar, besar. Y sí que es posible. Es posible encontrar a esa persona con la que, con tan solo mirarle a los ojos, sabes que estás a salvo.
Y es que tú tienes todo lo que me gusta para verte despertar cada mañana. Para verte, recostado a mi lado, abrazándome y diciéndome que todo saldrá bien. Y es que ojalá cada beso de buenos días fuese eterno, y casa despedida nocturna a base de besos enviados a través de una pantalla, pudiese convertirse pronto en noches que pasemos juntos. Porque prometo hacerte feliz cada día que esté en mi mano. No dejes nunca de hacerme sonreír como lo haces. Ni dejes de llamarme cariñosamente como mejor sabes hacerlo. No dejes nunca de besarme cada rincón de mi cuerpo, ni de ponerme la piel de gallina cada vez que me susurras al oído lo mucho que te enamoran algunas cosas de mi. No dejes nunca de hacerlo. Porque te prometo que ahora eres la razón por la que cada día me apetece quererte un poquito más.
Da igual si es 14 de febrero, de marzo, o de abril, porque con tal de celebrar contigo me sirve. Celebrar que prefiero tenerte a mi lado por encima de cualquier mirada. Celebrar que, aunque no pueda prometerte un "para toda la vida", si te prometo un hoy. Porque el amor es eso. Un presente certero, un futuro incierto. Pero jamás, jamás es dolor.
Viva el amor verdadero!
Enhorabuena.
Saludos Insurgentes