«Amoramistad.»

Nos conocimos siendo muy jóvenes y yo me enamoré, mi vida se hacía menos pesada cuando estaba a su lado y la existencia parecía sonreírme. A priori, eran sentimientos recíprocos, lo que yo no sabía, es que después de tantas y tantas horas juntos, de tantas historias, de contarnos la vida y de sentir a mi corazón bombear de felicidad por él descubriría que tenía pareja y me lo había ocultado. Recuerdo la decepción que sentí, el dolor en el pecho como si mi corazón se rompiera lentamente. Me sentí utilizada y engañada, las ganas de llorar inundaban mi mundo y me costaba respirar cuando estaba cerca. Aun así opté por conservar la amistad, pues para mí él seguía siendo una persona muy importante y siempre he valorado su compañía por encima de mis sentimientos.
Hoy, cuatro años después, después de que él si se olvidara de mi amistad y no estuviera cuando le necesitaba ha vuelto a escribirme, como si nada, como si no hubiera llorado por su persona durante días y noches, como si la decepción no hubiera ocupado cada rincón de nuestros bonitos recuerdos. Me ha pedido perdón y le he perdonado porque en mi corazón ya no hay hueco para el rencor, pero me he dado cuenta de que nunca he sido su amiga, pues no me escribía para recuperar mi amistad si no nuestra relación como algo más, por lo que he vuelto a sentirme utilizada y tirada en un rincón como un trapo sucio y viejo.
Y es que le he perdonado, como persona que fue un día importante, pero no podría tener nada más con él. Nunca me ha valorado y no lo va a hacer ahora, ahora que soy feliz y me quiero no va a venir a quitarme eso de nuevo.