¿Por qué me hiciste eso? Todavía me cuesta comprender como llegaste a ser tan cruel... He estado pensándolo mucho... y quizás a veces he sido pesado, pero de verdad; yo no quería molestarte. Y si tú te has sentido incómoda por mi culpa; de verdad que lo siento, y por ello te pido perdón. Sin embargo, yo nunca podría perdonarte. Aunque tú no me pedirías perdón nunca, porque te importo una mierda, para ti nuestra amistad no significaba nada, pero para mí de verdad que significaba mucho. No creas que te reprocho el que no quieras nada conmigo, lo único que te reprocho es que me trataras mal y que fueras mintiendo por ahí sobre mí, y que para colmo registraras mis cosas y me robaras. ¿No te bastó con robarme el corazón? ¿De qué te sirve leer tanto la biblia? Si ni siquiera las pocas cosas buenas de ella las pones en práctica. Mentiste, me robaste y casi me matas. Yo que hubiera hecho cualquier cosa por ti...
Tu madre me dijo que estabas estudiando inglés, espero que te vaya todo bien y que por lo menos te acuerdes de mí cuando escuches esa canción de Paul Anka que cantábamos y bailábamos juntos, no sé si esta carta te sacará una sonrisa o aumentará tu odio hacia mí. Sí es lo segundo, devuélvemela. No sé por qué te escribo, si una parte de mí no quiere saber nada de ti...
Te dejo este rosario, espero que te guste y que lo lleves contigo, y que recuerdes la amistad que tuvimos y las noches que pasemos juntos en la montaña, que aunque para ti no significaran nada, para mí fueron mágicas. Cuídate mucho, por favor. Te deseo lo mejor, que tus días estén llenos de paz y felicidad, hasta nunca.
Buena narración.
Saludos Insurgentes