La inmobiliaria se puso en contacto con Ana para decirle que por fin podían pasar a recoger las llaves de la casita que habían comprado en la playa de " la PATACONA".
Ana había crecido en aquella playa que pertenecía al pueblo de Alboraya en Valencia.
Dentro de sus proyectos no estaba el de abandonar Valencia para vivir en otra parte del mundo y eso que ella había recorrido países en viajes de vacaciones, primero con su padre y cuando la única familia que tenía, que era él, enfermó y murió continuó con aquel tremendo placer de conocer nuevos paisajes, personas, costumbres, y formas de vida, pero siempre con ganas de volver a aquel trocito de tierra que bañaba el Mediterráneo, con aquel olor constante a sal, a mar y a huertas regadas por las acequias que dejaron en perpetuidad el pueblo árabe y el aire, ese levante que no descansaba nunca y te daba la sensación de libertad.
Pero todo cambia en la vida, y aquel muchacho alegre y divertido consiguió que ella una mañana marchase con él a Madrid donde en lo que se tarda en parpadear un par de veces pasaron diez años y entre los dos formaron una familia compuesta de cinco miembros.
Aprendió a vivir en Madrid sin olvidar su pueblo y luchó para tener un pequeño hogar en Alboraya, un sitio donde volar todos cada vez que fuera posible y sentir de nuevo esa calidez de sentirte " en casa".
Coincidieron los cinco que el puente de Mayo era perfecto para hacer el primer viaje a su pueblo.
Ana le pasó las llaves a su marido y les pidió que fueran entrando, ella antes se quedaría extasiada un ratito mirando al mar, aspirando ese aroma tan conocido, sintiendo a su gran amigo, el viento, jugando con su pelo y su vestido.
La ventana del pequeño salón dejaba entrar esa primera mañana un sol muy triste, apenas se notaba su presencia y en cambio cuando Ana separó la cortina para mirar los colores del mar mañanero, descubrió que enormes nubes grises se aproximaban velozmente hacia la orilla, en pocos minutos el cielo se oscureció por completo y como si de una pesada broma se tratara, comenzó a nevar, primero tímidamente y de repente como si por arte de magia hubieran sido transportados a cualquier lugar del norte en un duro invierno.
La arena fina de la playa fue sepultada por una capa de nieve blanca y fría.
No hubo tiempo de mucho más, aquel ruido ensordecedor de repente.
La gigantesca ola que apareció en la puerta ,se tragó su casa, todo lo que había dentro y a su familia.
Se han cumplido cinco años de aquel fenómeno inexplicable.
Ana sigue esperando en su pequeña tienda de campaña donde antes estuviera su casa.
Sigue esperando allí porque no tuvo tiempo de despedirse, nunca aparecieron sus cuerpos y está segura que algún día volverán a reunirse frente al mar, en la playa de la PATACONA.
«Como " nieve " de Mayo»
496 palabras
4 minutos
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Reto creativo
«Cuando marzo mayea, mayo marcea»
Está nevando en las playas del Mediterráneo. Sin parar. En mayo. ¿Qué ocurre? Cuenta la historia de una familia que se separa por el temporal.
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El giro final es brutal, triste y desolador.
Saludos Insurgentes
Qué dolor. Tras tanto añorar su tierra.