«Diario de un zombie chungo»

Querido diario ayer le he mordido la cabeza a un calvo y me gustan los calvos porque no tienes que estar tragando y escupiendo pelo, aunque quedan pocos y hay que tener potra para que te toque uno. Morder así una cabeza bien pelada es como cuando llegas muy hambriento y hay un bote de yogur fresquito de plátano-fresa y unos filipinos esperándote y te corres del gusto. Pues algo así pero por mil es lo que sientes. Es peor que el caballo, aún me acuerdo lo jodido que fue dejarlo pero lo conseguí. Claro que me he tenido que convertir en zombi pero eso es lo de menos, lo que cuenta es que estoy completamente limpio así que no me jodas. Bueno a lo que iba que me cuesta no perder el hilo. Yo creo que nos gustan tanto los cerebros porque el nuestro está muerto y tenemos que compensar de alguna manera. No se ni como escribo esto la verdad aunque ojito que muchos vivos ni siquiera tienen cerebro. ¿Que como lo sé? Pues cuando llevas años siendo zombi y te comes a mucha peña ves cosas. Mi novia, mi novia de cuando estaba vivo quiero decir, siempre estaba callada y solo leía libros de una saga llamada crepúsculo. Al principio creía que era porque tenía mucho mundo interior, pero cuando me convertí en zombi le abrí la cabeza y no encontré nada dentro. Fue todo un bajón, no solo lo de no poder comerme su cerebro, si no saber que había estado años con una descerebrada. Y ya me estoy calentando otra vez así que acabo, que estoy hasta los cojones de contarte mi no vida cuando lo único que quiero son cerebros. Ahora a salir a ver si cae otro calvo.