El beso de Lara -

«El beso de Lara»

990 palabras
8 minutos
89 lecturas
Reto creativo «Escribir es invitar»
😵 Imagina la aventura personal de un o una novelista que pierde la noción entre la realidad y la ficción.

Ella es una vampira. Pero fue humana. O eso creo. No sé en qué momento salió de mi portátil para aparecer en mi vida. Tampoco sé si lo hace en mis sueños, o en la vigilia. Sólo sé que la veo al lado de mi cama, todas las noches. No hace nada, sólo me mira, y se relame.

Sus penetrantes ojos azules me observan fijamente, con un rictus que no sabría distinguir si es de odio o de cariño.

Su visión dura un momento, pero su imagen me acompaña durante el resto del día. Y a veces, entre la gente, creo verla. Con su vistoso cabello rubio, rizado, su aspecto siempre juvenil y sus inconfundibles, e hipnóticos ojos celestes. Y su vestido de época victoriana, tan anacrónico e inconfundible, entre la multitud.

Nunca tuve que ir a esa exposición. Nunca tuve que dejar fascinarme por esa historia. Ni debí pensar en construirla. Ahora el miedo real de que haya provocado una suerte de fenómeno que hay traído a ese monstruo a la realidad eriza cada vello de mi piel. Y me provoca escalofríos.

Desde que ella aparece al pie de mi cama, como poco, y duermo mal. Temo encender el portátil, y escribir. No quiero seguir alimentando su existencia. Pero una energía, que no sabría explicar, va poseyéndome, y acabo claudicando. Entonces, de forma febril, escribo 40 0 50 páginas, con todo lo que sale de alguna parte, pero no de mi cabeza. Tampoco sé qué tragedias o horripilantes escenas escribo. Todo es rápido y mecánico. Clicar y guardar. Clicar y guardar. No puedo parar. No soy yo quien lo hace. Ya digo que ni siquiera sé lo que estoy escribiendo.

Haciendo un esfuerzo sobrehumano, cierro el Word y apago el portátil. Trató de recomponerme, sacando la imagen de Lara de mi cabeza. Sí, ese es su nombre. No es su nombre original, pero quise rebautizarla, pues ella, en cierto modo, tampoco es ya lo que otro quiso que fuera. De hecho, es lo que otra hizo que fuese. Menudo lio. Me golpeo la cabeza, tratando de volver a la realidad. “¡Estúpido!, ¡Estúpido!” Me repito varias veces, “Los vampiros no existen. Ella no existe. Sólo es literatura” Disimulo una sonrisa y salgo a la calle.

El día, un maravilloso día de agosto, comienza a declinar. Como enemigo del calor, aprovecho esos momentos para salir a dar un paseo por el Retiro. Mientras abandono el Paseo del Prado, y subo por la Cuesta de Moyano observo como, misteriosamente la noche va llegando, a un ritmo mucho más alto de lo normal. Penetro en el parque por la puerta del Ángel Caído, y unas extrañas nubes, oscuras y vaporosas, se perfilan por el horizonte. A esto se suma una extraña sensación en mi pecho, y las cotorras y palomas del parque aparecen, ante mí, como gigantescos murciélagos. Quiero dar la vuelta y huir, pero me es imposible. Mis piernas andan, ajenas a mi voluntad, hasta la fuente que da nombre a la puerta del parque por la que he entrado.

Otro prodigio. De pronto el resto de la gente que paseaba por el parque también desaparece. Sólo quedo yo, entonces, y esa maldita atmósfera, siniestra y oscura, cada vez lo es más. Sólo algo parece iluminado a lo lejos, de un extraño color azul, mágico, y tenebroso a la vez. Mis pies se dirigen hacia allí. Es la fuente del Ángel Caído, y sentada sobre su borde, una figura. Una figura que me esperaba. No tardé en reconocerla. Era ella. Era Lara.

Mis piernas se detuvieron a su lado. Ella sonreía, ahora sí pude verlo, malignamente. Se levantó ceremoniosamente, se acercó a mí y me susurró al oído:

¿Ahora no creerás que es un sueño, verdad?

Completamente aterrado, asentí.

Yo estaba muy feliz muerta. Muerta y enterrada, en la cripta de mi castillo de Estiria. Casi nadie se acordaba de mí. Lo que ella me produjo, estaba curado, y olvidado. Pero tuviste que resucitarme. Tuviste que convertirme en esto.

Como un niño pequeño al que reprende su madre, comencé a llorar. Entonces ella, también en actitud maternal, me agarró dulcemente por las mejillas, y entorno menos severo me dijo:

Tsss, tranquilo. En el fondo, te lo agradezco. Yo no quiero ser lo que soy, pero ya que tú me has creado, te haré el honor de ser el padre del peor de todos los que hayan existido nunca.

Me besó en la boca. Mientras jugueteaba con sus largos dedos alrededor de mi cuello. Yo cerré los ojos, esperando lo inevitable. Ella me dio un golpe cariñoso en la cara, mientras me dijo:

No te morderé. Ya sabes quiénes son mis presas. Estás a salvo. Si puedes vivir con lo que te he dicho, claro.

Entonces, ella desapareció, y con ella, toda la oscuridad que la acompañaba. Aparecí frente a la fuente, mirando fijamente la estatua de la fuente. La gente de alrededor me miraba, boquiabierta, asustada. Aún cuando trataba de saber lo que había ocurrido, una pareja de policías se acercó a mí y me preguntó:

Caballero, ¿Se encuentra usted bien? ¿Ha bebido? ¿Ha consumido drogas?

Yo no supe que decir, sólo lograba balbucear. Al fondo de la multitud, vi a Lara de nuevo, vestida como una joven más, sonriendo malévolamente, y despidiéndose con la mano.

No… yo… es un monstruo, deben detenerla, a ella. Llamen a un sacerdote.

Los dos agentes se miraron el uno al otro, sin entender la gravedad de lo que les estaba contando. Por fin volvieron a dirigirse a mí, y mientras me esposaban, me dijeron, en un tono que no me gustó:

Caballero, le llevaremos a comisaria y le tomaremos declaración. Si está beodo, le pondremos en libertad. Si tiene algún otro problema, le llevaremos al hospital, ¿de acuerdo?

Sin poder responder, me dejé llevar. Y ahora aquí estoy, en este recinto esperando a dar declaración, acusado de escándalo público. Mientras Lara existe, y está libre.

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15 historias publicadas.

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Sther Castilla Morcillo
05 sept, 05:43 h
Muy bueno. Interesante hasta el final. Enhorabuena.
Laura Zafra Moreno
05 sept, 11:34 h
Súper interesante, qué me gusta una historia de vampiros... Está inspirada en Carmilla, ¿verdad? Mi novela favorita, qué maravilla. ¡Me habría gustado leer más!
Susana Aparicio
06 sept, 17:22 h
¿Carmilla?. Ahora me tocará leerlo. Jjja.
Me ha gustado.
Saludos
Valderozas
07 sept, 10:05 h
Con lo que me gustan los vampiros y me encuentro con ésto...me ha encantado ❤️
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