«El último adiós»

Luca siempre tuve el firme deseo de enamorarse, de ser libre y de tener una familia. No deseaba nada más en el mundo que tener su propia familia. Era un romántico empedernido, creía en el amor a primera vista, en Sant Valentín, en la persona perfecta para él y en todas esas moñerias que orbitaban alrededor del amor romántico con sus derivados de locura y pasión.

Pero por suerte o por desgracia, de repente se vió envuelto en un drama, estaba sintiendo todo tipo de sentimientos por una persona muy especial y su corazón roto de tanto dolor estaba siendo conquistado nuevamente. No aprendía de los golpes, sino parecía que la flagelación le iba como anillo al dedo. No quería caer nuevamente en la tentación. Tenía que seguir el camino correcto, el camino hacia la cordura como se lo recordaba constantemente a gritos su madre, que sujetando la biblia muy fuertemente le golpeaba el rostro hasta hacerlo sangrar.

La muerte le vino a buscar a Luca un sábado por la tarde saliendo del cine de la mano de su amado esposo, habían ido a ver "Rebelde sin causa" con James Dean, porque ambos adoraban a ese icono sexual de los años cincuenta, y llevaban meses planeado la cita de su primer aniversario.

Todo ocurrió demasiado rápido, el silencio de su familia, el repudio de su madre, el rechazo de los amigos, los días sin trabajo, la soledad absoluta, la elección de su propia libertad, un amor libre, casarse con Antonio, vivir juntos, preparar el primer aniversario... Pero no tenía tiempo para lamentaciones porque sabiendo que se desengraba entre los brazos de su amado Antonio, pudo mirarlo esbozando una débil sonrisa, levantó la mano por úlitma vez para acariciarlo, ambos sabían que juntos fueron muy felices, pero solo por un momento.